VER A JESÚS

"El rey Herodes oyó hablar de Jesús y de todo lo que hacía. Y no sabía qué pensar, porque unos decían que era Juan, que había resucitado; otros, que había aparecido el profeta Elías, y otros, que era alguno de los antiguos profetas que había resucitado. Pero Herodes dijo: – Yo mismo mandé que cortaran la cabeza a Juan. ¿Quién, pues, será este de quien oigo contar tantas cosas? Por eso Herodes tenía ganas de ver a Jesús." Veamos el comentario de Koinonia (Asociación Bíblica Iberoamericana): "Desconcierto, curiosidad, inquietud… y muchos otros pensamientos y sentimientos desencadena el Nazareno a las autoridades religiosas y políticas judías por su manera de proceder, por las obras realizadas, por las palabras colmadas de luminosidad y autoridad que pronunciaba a menudo. También a nosotros nos asalta la curiosidad de saber cuáles eran las verdaderas intenciones de Herodes por conocer a Jesús. Si Juan Bautista fue decapitado por él por atreverse a cuestionar su vida moral y sus principios éticos como gobernantes, tampoco la actuación de Jesús debería entusiasmarle demasiado. Pero, en fin, lo cierto es que la persona de Jesús lo tiene inquieto. Sí, Jesús siempre despertará inquietudes e interrogantes porque su modo particular de ser y de proceder desajusta todos los cánones, desbarata todas las estructuras, quiebra las falsas seguridades y genera tensiones existenciales profundas. No se puede conocer a Jesús y seguir indiferente. O se rechaza, sutil o explícitamente, o definitivamente se acepta con riesgo su propuesta novedosa e innovadora para transformar el mundo. ¿Y tú, qué piensas de Jesús?"