El Anacoreta quedó admirado de la cantidad de gente que viajaba en el metro o el autobús y caminaba por la calle con auriculares en las orejas. Sentado con su joven seguidor le comentó:
- Nos dicen que la realidad es lo que podemos percibir con nuestros sentidos. Y nunca como ahora habíamos maltratado tanto nuestros sentidos. Constantemente estimulamos el oído, la vista, el gusto...Y no nos damos cuenta, que, sin querer, los estamos atrofiando. Cada vez necesitamos sonidos más fuertes, colores más vivos, sensaciones más fuertes, para reaccionar. Poco a poco vamos perdiendo la sensibilidad...
Se levantó y quedó un momento extasiado contemplando el suave caer de la lluvia y las gotas deslizándose sobre el cristal de la ventana. Luego añadió:
- Construímos nuestra realidad con lo que percibimos. Pero nuestros sentidos son limitados. Hay sonidos que no oímos, colores que no vemos, olores que no podemos captar...Y si encima embotamos nuestros sentidos...La realidad es más amplia que lo que nos muestran los cinco sentidos. Quizá tenemos más de cinco....¿Por qué no consideramos a la intuición como un sentido?¿Qué alimentan la imaginación y la creatividad?
Se volvió sonriendo al joven y concluyó:
- Lo cierto es, que debemos educar nuestra sensibilidad si queremos captar con perfección la realidad...Con los cinco sentidos olemos a hierba fresca, vemos un prado verde, tocamos el frescor del rocío, oímos el canto de los pájaros. ¿Pero, qué es lo que hace que unas personas se emocionen ante esto y otras casi ni se den cuenta? Posiblemente no se trata de cantidad de estímulos, sino de sensibilidad...
Una belleza..., si comprendieran que hay un tiempo para cada cosa... no Joan Josep?
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Es que el silencio nos hiere, porque nos encontramos cara a cara con nuestro vacío.
ResponderEliminarEs el hombre que, acostumbrado a vivir en la periferia de su alma necesita cada vez más estímulos que lo estimulen. Es lo que se ha llamado un fugitivo que huye de sí mismo porque no soporta ver su propia realidad, ésta no solamente se le hace insoportable sino que le provoca la propia huída de sí mismo, siendo él su único enemigo se refugia en una realidad ficticia que sólo existe en su mente. Huye de su propio vacío, huye de su interior.
ResponderEliminarSan Juan de la cruz, distingue una periferia del alma que él imagina como un lugar bullicioso y lleno de ruido, que sería para el místico doctor, los sentidos corporales y la fantasía, un mundo que con su agitación impide observar los paisajes interiores.
La sesnibilidad hace el goce ,así como el sufrimiento.AL cien por cien todo !!
ResponderEliminarIntuición,sentibilidad, chispa de luz....esos dones quenos llevan a un mundo desconocido .
de bienestares... y malestares,también.
Besucos alterados.
Gó
Hola Joan Josep,si es verdad creamos nuestra realidad, y nos amoldamos ha ella: pero en que lugar estamos, en que lugar hemos nacido?. Donde huvo campos y bosques ahora hay casas pueblos ciudades.
ResponderEliminarEs evidente que la sensivilidad de los sentidos los bamos perdiendo: pero por falta de huso, ya no los necesitamos!, para vivir en la naturaleza y de ella,pues se vive encerrado en las ciudades, con mucho hocio, y muchas distracciones, sobre todo distracciones.
Somos muchos y nos colocamos de manera que aya espacio para todos en este gran cajón que es nuestra casa una abraçada