El Anacoreta y su joven seguidor estaban sentados en un parque. Paseaba por allí un gato. Un niño intentaba acercarse a él. Al final, ofreciéndole un trozo de su merienda logró que el gato se dejara acariciar...Hasta que intentó agarrarlo. Entonces el gató le soltó un zarpazo y huyó a toda velocidad...
Rió el Anacoreta y dijo:
- ¿Has visto? A las personas nos ocurre lo mismo. Algunos se quejan de que no logran tener amigos. Dicen que cuando creen tenerlos, huyen...
Volvió a reir y prosiguió:
- A las personas nos gusta que nos acaricien, pero no que nos agarren. Y a veces confundimos la amistad con la posesión. No acariciamos, agarramos al amigo, porque queremos que sea nuestro...Y naturalmente se aparta de nosotros...En nuestras relaciones empezamos acariciando...pero solemos acabar agarrando. El resultado es que nos quedamos solos...
Y siguieron contemplando el parque y sus moradores...
hol joan Josep:
ResponderEliminarFeliç dia.
Bona entrada.
Avui es San Atoni Abad.
Una abraçada, Montserrat
¡Que bueno Joan Josep! Cuanta verdad amigo mío!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Hola Joan Josep, los gatos son mas inteligentes que las personas:pues es un animal de espiritu libre,y su limite asta en querer cogerlos.
ResponderEliminarEl hombre, por el hecho de haber nacido hombre: ya esta cogido, tiene responsabilidades, se viste con uniformes,y se debe ha disciplinas,que tiene que obedecer: sin ser de su agrado.
Parece un comerció, tu me dejas, y yo te dejo la politica de las relaciones entre individuos, y la sociedad: y cuando esto se rompe, se saca las uñas y: zarpazo una abraçada
Està molt bé, la foto d'avui que encapçala el post! Bon humor i un gat, avui que és St. Antoni "del porquet", protector dels animals. Una reflexió molt interessant i relacionada amb el dia.
ResponderEliminarGràcies.
¿Si al gato no le hubieras dado parte de tu merienda se hubiera acercado? Probablemente no. A los animales les gusta nuestra comida. Luego si queremos tener amigos en este mundo, habrá que compartir con ellos nuestra merienda. No se trata tanto de hacer una merienda para ellos, sino de compartir la nuestra. Pobrablemente si no hubiera sido esa tu merienda no hubieras podido compartirla con el gato.
ResponderEliminarEl gato se dejó acariciar después de haber comido parte de tu merienda, no antes. Imagínate que se la ofreces, se deja acariciar, y luego no se la das.
¿Qué hubieras hecho si el gato se hubiera dejado coger? ¿Te lo hubieras llevado a tu casa? Probablemente no. Aquí reside muchas veces parte de nuestra desconfianza con las personas. Pero el gato hubiera sentido en ese momento disminuidos sus grados de libertad, a veces agobiamos a las personas que tenemos cerca, y a mayor aproximación mayor agobio. Desde el suelo el gato tiene más fácil salir corriendo. No llegar a intimar nos facilita la huída en un momento determinado.
Conclusión:
Compartamos nuestra merienda con las personas pero respetemos su libertad.
Si no conjugamos la libertad con la amistad, seguramente no entendemos qué es lo uno ni lo otro.
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo.
Es dificil saber la diferencia en ocasiones,claro está.Pero la libertad debe de ser respetada.Ahora,que hacemos con los apegos?Aprender a despojarnos de todo aquello que nos ata o ata a los demás..
ResponderEliminarLa amistad no puede volar con la alas impares o rotas,démosle las dos.ESTARÁ siempre que lo necesitemos
Besucos
Gó
Avui es un dia especial, dons fa curanta anys del meu matrimoni,i la meva experiencia es que el consagrament el fan els espossos, el meteig esperit de les persones una abraçada
ResponderEliminarSonrío. Mi Pollo me sigue para dormir la siesta sobre mi hombro. Vive en libertad y se respeta su vida. Me devuelve algo que es impagable.
ResponderEliminarNo concibo la amistad sin libertad ... aunque sea entre persona y paloma.
Besosssssssssss con alas