Por sencillo que sea nuestro discurso,
nunca lo será bastante.
Por sencillo que sea nuestro pensamiento,
nunca lo será bastante.
Por sencillo que sea nuestro amor,
nunca lo será bastante.
Lo único que queda es la sencillez del alma en Dios
o, mejor, la sencillez de Dios.
(Thomas Merton)
Jo penso que la persona més senzilla és la que no creu que ho sigui, o creuen els altres...
ResponderEliminarUna abraçada,
M. Roser
en pocas palabras -- todo... y eso no es tan sencillo joan...
ResponderEliminarun abrazo
hola! pasaba a saludarte y a invitarte a pasar por mi blog, he subido un texto nuevo..
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo!!!