"Yo soy la vida
verdadera y mi Padre es el viñador. Si uno de mis
sarmientos no da fruto, lo corta; pero si da fruto, lo poda y lo limpia para que dé más. Vosotros ya estáis
limpios por las palabras que os he hablado. Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento
no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera,
vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí.
Yo soy la vid y vosotros sois los
sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues
sin mí nada podéis hacer. El que
no permanece unido a mí será echado fuera, y se secará como los sarmientos que
se recogen y se queman en el fuego.
Si permanecéis unidos a mí, y si sois
fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os
dará. Mi Padre recibe honor cuando
vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos."
Este texto es un canto a la Unión. No estamos solos. No somos islas. Formamos un entramado, dependemos unos de otros. Pero lo más importante es, que estamos Unidos a Jesús. Y nuestra felicidad, nuestro éxito, depende de estar Unidos a Él, de serle fieles. No es fácil. Necesitamos una poda de vez en cuando. Los que sois de un país de viñedos conocéis lo importante que es la poda. La cepa parece muerta. Sin embargo, tras el invierno, gracias a esa poda, empiezan a crecer nuevos sarmientos y pámpanos. Lo mismo saben los que cultivan rosas. Hay que podarlas cada año para que surjan después plenas de belleza.
Pero nos da miedo la poda. Nos parece que es un fracaso. Y, además, la felicidad que nos ofrece Jesús no es la que nos ofrece el mundo.
Nos preocupa lo que hay que hacer para agradar a Dios y buscamos en mil libros el secreto de la vida espiritual. Jesús nos lo señala con claridad: "sed fieles a mis enseñanzas...sed verdaderos discípulos míos..."
No son las técnicas de meditación ni las bellas oraciones lo que nos hace ser sus discípulos. De lo que se trata es de seguirlo, de estar unidos a Él, de imitarlo. Y Él tenía momentos de oración, de silencio y soledad buscada, de unión con el Padre. Pero dedicaba la mayor parte del tiempo a curar, a devolver la vida. Estar unidos a la vid, que es Jesús, es Amar al mundo y luchar para que cada día sea mejor. Es intentar devolver la vida a nuestra sociedad. Es lograr que a través de nuestra vida Él se haga presente en nuestro mundo. sanarlo de sus dolencias, de la injusticia.
¿Realmente en nuestras Eucaristías se hace presente Jesús?¿Nuestra comunidad parroquial o religiosa transparenta a Jesús?¿Nos sentimos más hermanos o ignoramos a quien se sienta a nuestro lado, al que no acude al templo?¿Mostramos a todos lo que es la auténtica Unión?
Bon día Joan Josep:
ResponderEliminarEs cert, es omplim el cap de llibres d´autoajuda.
I et parlo per mi acabo creant-me una amanida mental, quan si crec amb Jesús o tinc tot.
Pero tambè crec que s´ha de respetar les idees dels demès.
Veus ja m´estic fent una amanida mental.
Aquest video diu molt.
Una abraçada germà que tinguis bon diumenge, Montserrat
Soy hombre de poca fe,pero despues de un vajón: hay que actuar, no pienses, sigue el camino que te has propuesto,y actua.
ResponderEliminarAcomulación de obligaciones,que parece que bas ha explotar,no duermes de noche: centrate; empieza dando un paso, despues el otro,y en el pensamiento, lo mas bueno que tengas: y actua. Una abraçada
Decimos que queremos seguir a Jesús y hacer lo que Él hizo, pero es más fácil que nos digan cómo hacerlo que llevarlo a la práctica en el día a día
ResponderEliminarUn abrazo