¿Qué es la bondad? Solemos contemplarla a través de muestro filtro. Son buenos los que son o piensan como nosotros. Y son malos los demás. Pero la bondad es mucho más profunda, y si fuéramos menos obcecados, al mirar a nuestro alrededor, nos llevaríamos muchas sorpresas.
Os dejo otro texto precioso del padre Jesús Huguet. Una oración que deberíamos meditar cada día:
"Enséñanos a ser buenos,
pero buenos de verdad.
Con la bondad del pan, que gusta a todos y nunca cansa.
No una bondad triste y aburrida, sino una bondad reconfortante, que irradie coraje y alegría y sea para los cansados y apesadumbrados, como un chorro de agua fresca.
No una bondad blanda y estéril, sino una bondad diligente y activa, que no se arrugue ante las dificultades y el compromiso, que tenga los ojos bien abiertos para descubrir las necesidades y unas manos muy largas para poner remedio.
No la bondad del "buena fe", pero sí la bondad del que, a pesar de todo, tiene fe en Dios y en las personas.
Haznos buenos, Señor, con una bondad sencilla y franca, que no humille ni moleste.
Con una bondad lúcida que, sin dejar de ver las malas pasadas, no se deje vencer por ellas.
Con una bondad que no se canse de perdonar.
Con una bondad que no se defienda, pero que desarme.
Con una bondad tan flexible con los poderosos, como misericordiosa con los débiles.
Con una bondad que llegue a todos, buenos y malos, amigos y enemigos.
Con una bondad que de ganes de ser bueno"
(Mn.Jesús Huguet)
Paz y Bien *
ResponderEliminarHermanito Joan quisiera decirte muchas cosas !!!
que hermoso lo que nos compartìs !!
pero la resumirè en una sola !!!
♥ G ♥ R ♥ A ♥ C ♥ I ♥ A ♥ S ♥
Bendito !!!! Bendito seas buen hermano *
un abrazo de corazòn a corazòn !!!!
Haznos buenos Señor.
ResponderEliminarAyudanos a aceptar a los demás.
Gracias Joan Josep.
Una abraçada germà, Montserrat
"Con una bondad que no se canse de perdonar, que no se defienda, pero que desarme".
ResponderEliminarGracias, un saludo.
A lo mejor no viene al caso, pero al leerte me ha venido a la mente unos recuerdos.
ResponderEliminarYo que siempre fuí una niña digamos "abandonada o incomprendida" me agarré de la mano de Dios con tan sólo 7 años, así hasta los 16 años. Todos los domingos iba a misa, y desde los 14 a los 16 estuve en un coro parroquial. Donde hice la confirmación en esa iglesia.
Para mi todo el mundo era bueno, a veces escuchando al cura (que no quiero culparlo pero fue quien me alejó del Dios que por aquel entonces concevía) él hablaba de pecados constantemente, de personas malas, de personas que no contribuyen con la Iglesia, etc, etc....yo me sentía muy aturdida y mal conmigo misma porque empezaba a ser revelde y "mala".
Todas las semanas le confesaba a este cura mis pecados entre sollozos, y él se reía y me mandaba que orase por la noche más de 20 padres nuestros y 20 avemarias.
Que mala me sentía, uff, pero mala Joan.
Hasta que un día, al salir del coro, vi como en la puerta de la Iglesia había un vagabundo, no pedía dinero pedía comida, y el cura lo hecho casi a patadas. Nunca borraré de mi mente esa imagen, nunca. Y llegué a la conclusión que ese cura tenia también como yo sus cosas malas, y que en el fondo todos todos somos buenos y malos según en que momentos, pero yo te aseguro que yo nunca he tratado a nadie así y menos a los vagabundos porque entre ellos y yo siempre ha existido un vínculo llamado la desesperación y el abandono.
He de decirte que desde entonces dejé de ir a la iglesia, dejé de rezar, dejé a un lado al Dios que me enseñaron a creer.
Hoy en día creo en un poder superior pero para nada es como el Dios católico.
Yo creo en el AMOR, que es el motor de todos los corazones y nos ayuda a seguir adelante y en confiar en él.
Joan 3 abrazos.