"Y les dijo:
- Id por todo el mundo y anunciad a todos la
buena noticia. El que crea y sea
bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que
creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; cogerán serpientes con las manos; si
beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los
sanarán.
Después de hablarles, el Señor Jesús fue
elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Los discípulos salieron por todas
partes a anunciar el mensaje, y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje
acompañándolo con señales milagrosas."
Según Marcos, el último mandato que Jesús da a sus seguidores, es el de anunciar a todos la Buena Noticia; es decir, el Evangelio. Esta palabra se deriva de evangelión, palabra griega que significa precisamente, buena noticia.
Nuestra sociedad se empeña en reducir la religión a algo privado, personal, secreto. Pues resulta que el cristianismo es comunitario y es anuncio de la Buena Noticia a todos.
Es cierto, que ha habido momentos en que se ha confundido "anunciad" con "imponed" y el misionero se embarcaba junto al militar. América conoció desgraciadamente el yugo de la cruz y la espada. Pero también conoció auténticos misioneros que dieron la vida por el pueblo indígena. Y el islam también se ha expandido con la espada...
Y es que, la Buena Noticia no es una doctrina, una ideología, unos dogmas, sino una vida. Por eso las señales que deben acompañar al que anuncia, es el triunfo contra el "mal" y el curar y levantar al caído. Esa es la misión del cristiano, hacer el bien. Transformar esta sociedad en un mundo mejor. Completar la creación...
El discípulo de Cristo debe evangelizar, pero eso no significa ir predicando una doctrina, sino ir haciendo el bien por el mundo, luchar por la justicia, curar al enfermo, levantar al caído...La labor, por poner un ejemplo, que está haciendo Cáritas en estos tiempos de crisis, es verdadera evangelización. Ayudar al necesitado, consolar al que llora, curar al enfermo, es acercarles a Dios, porque es acercarles al Amor.
Ser cristiano es ser testigos del Amor. Ese es el camino que debemos recorrer en nuestras vidas. La Ascensión fue el final del camino de Jesús, su total identificación con el Padre. Nuestra vida, paso a paso, cayendo y levantándonos, con momentos alegres y momentos de dolor, es el camino que nos lleva a hacernos Uno con Dios, siguiendo los pasos de nuestro Hermano Jesús. El pasó haciendo el bien, amando, perdonando, ayudando y dio su vida por TODOS...
Lo siento. El cristianismo no es para vivirlo en privado; es para vivirlo en toda nuestra vida, privada y pública. El Amor a todos, la lucha por la justicia, la creación del Reino en este mundo, no es algo personal. Ha de abrazar toda nuestra vida, cada instante de nuestra vida...Y Él nunca nos abandonará.
El discípulo de Cristo debe evangelizar, pero eso no significa ir predicando una doctrina, sino ir haciendo el bien por el mundo, luchar por la justicia, curar al enfermo, levantar al caído...La labor, por poner un ejemplo, que está haciendo Cáritas en estos tiempos de crisis, es verdadera evangelización. Ayudar al necesitado, consolar al que llora, curar al enfermo, es acercarles a Dios, porque es acercarles al Amor.
Ser cristiano es ser testigos del Amor. Ese es el camino que debemos recorrer en nuestras vidas. La Ascensión fue el final del camino de Jesús, su total identificación con el Padre. Nuestra vida, paso a paso, cayendo y levantándonos, con momentos alegres y momentos de dolor, es el camino que nos lleva a hacernos Uno con Dios, siguiendo los pasos de nuestro Hermano Jesús. El pasó haciendo el bien, amando, perdonando, ayudando y dio su vida por TODOS...
Lo siento. El cristianismo no es para vivirlo en privado; es para vivirlo en toda nuestra vida, privada y pública. El Amor a todos, la lucha por la justicia, la creación del Reino en este mundo, no es algo personal. Ha de abrazar toda nuestra vida, cada instante de nuestra vida...Y Él nunca nos abandonará.
Cuanta verdad hay en estas palabras, si todos fuéramos mas comprensivos para entender a nuestro prójimo las cosas serían diferentes. A veces el egoísmo y la indiferencia no nos deja ver la realidad.
ResponderEliminarMe há venido bien leer este post.
ResponderEliminarMe siento mucho mejor.
Gracias por compartir en estos
tiempos tan complicados sus palabras
de animo y de fé.
Un abrazo
meim