Si supiera levantarme a cada llamada
y andar siguiéndote por las rutas del mundo...encontraría la felicidad.
Si supiera pararme, abrir mi tiempo
y mi corazón a los que pasan buscando fraternidad...encontraría la felicidad.
Si supiera escuchar aquellas palabras que no se dicen
porque el dolor tiene el peso de la soledad...encontraría la felicidad.
Si supiera acercarme sin un gesto, sin una palabra,
como una luz que despierta la mañana...encontraría la felicidad.
Si supiera desde el alba ocuparme en amar,
yo sería caridad, Dios mío...encontraría la felicidad.
Si supiera amar con la humildad
que tu me enseñas lavando los pies...encontraría la felicidad.
Si supiera amar sin exigir nada,
sin retener nada, sin esperar nada...encontraría la felicidad.
Si supiera amar las cruces cotidianas
que tú me presentas y ofrecerte mi vida como se ofrece el pan en la mesa santa...encontraría la felicidad.
Si yo fuese amor y caridad "en memoria tuya",
antes que este día no se apague...encontraría la felicidad.
(Traducido de una oración realizada en La Salle Bonanova, la víspera de San Juan)
Podemos vivir:tranquilos y despreocupados?
ResponderEliminarPodemos vivir:intranquilos y preocupados?
Si tenemos todas las facultades: la felicidad esta en la paz de Dios, no en la nuestra,la buena fé siempre es victima de la mala fé,y las victimas sufren.Una abraçada
Qué hermoso texto Joan.
ResponderEliminarCreo que es un camino que cuesta recordar, pero lo importante es buscarlo.
Un abrazo desde el viejo Reyno
Aiara