Ante los recortes uno se queda cada día más perplejo. Ciertamente si queremos eliminar la crisis hemos de toma medidas. Pero, ¿qué medidas? Recortando la Renta Mínima de Inserción, la prestación al paro. Recortando los servicios de atención a la infancia en riesgo de exclusión. Dejando en nada la ayuda a las personas dependientes. Eliminando las ayudas a la inserción laboral...Eso sin contar los recortes en enseñanza, sanidad y cultura...Nos dirán que los de arriba se han recortado y nos darán grandes cifras. ¿De verdad es lo mismo que quien cobra 800 euros pase a cobrar 600, que el que cobra dos millones pase a cobrar un millón ochocientos?¿Nos quieren tomar el pelo? ¿Con esos recortes se ayudará a las sesenta mil familias que han perdido su piso a recobrarlo?¿El que pasa a cobrar de dos millones a uno ochocientos mil va a vivir peor?¿nota la crisis?
Un artículo de Laia Savall concluye, que nos dirigimos a una sociedad cada vez más desigual. Esa sociedad que se veía reflejada en algunas películas de los años 90, en la que había una pequeña élite viviendo en zonas blindadas y el resto en tribus urbanas en las que imperaba la ley de la selva, la ley del más fuerte, la ley del sálvese quien pueda...
¿De verdad que no hay otra forma de solucionar la crisis? ¿No será que a una parte de nuestra sociedad le interesa que siga la crisis? ¿No será, simplemente, que las crisis es la forma de que unos pocos se enriquezcan a costa de muchos?
Ciertamente podemos vivir con más austeridad. Pero sumir en la pobreza a la gente, no es vivir austeramente. Una cosa es austeridad y otra miseria. Si hemos de vivir con sencillez, si hemos de dejar cosas, lo hemos de hacer todos...No los que tienen menos recursos.
Nosotros podemos, debemos ser solidarios. Y la gente sencilla lo es. Movimientos populares contra el desahucio, bancos de alimentos, abuelos que ayudan la familia, voluntarios...ya lo hacen. La solidaridad que campa por su ausencia es la de los Bancos, los Mercados, los gobernantes, los grandes terratenientes y magnates. El día que ellos sean solidarios, quizá nos olvidaremos de la palabra crisis...
Alguien me dijo en el mes de junio que no hay remedio, que siempre ha sido así y así seguira...
ResponderEliminarEl hombre no tiene remedio.
Me voy con la tristeza de haber sido convencida.
No hay remedio.
Un beso