- Si todo el mundo busca el amor, si todos están convencidos de que lo único que puede salvar este mundo es el amor, ¿por qué hay tan poco amor?
Esta fue la pregunta que hizo el joven seguidor tras visionar el telediario de la noche.
El Anacoreta guardó unos momentos de silencio antes de responder:
- Porque no comprendemos y no nos comprendemos...
Esperó en silencio el joven, que el anciano aclarara su respuesta. Cosa que hizo con una sonrisa en los labios:
- Si no conocemos profundamente al otro no podemos amarlo. Entonces no amamos al otro, sino a la idea que tenemos de él. Cuando esa idea se desvanece, también desaparece el amor. Y si no nos conocemos a nosotros, nuestro amor queda empañado por nuestros sentimientos, por nuestros intereses, por nuestro egoísmo, nuestra falta de honradez, nuestra tendencia a manipular...
Suspiró al añadir:
- Por eso te he repetido ya otras veces que hemos de aprender a mirar. Mirar a los otros y mirarnos a nosotros mismos. Mirar a las personas y mirar a las cosas. Haz el ejercicio de mirar a una persona que te caiga mal. Si empiezas a analizar lo que ves, pronto empezarán a hacerse evidentes tus prejuicios. Empezarás a ver sus cosas buenas y a reconocer que tenías una idea equivocada de él. Mírate luego a ti, y verás que tus intenciones no son siempre sinceras, rectas. Que tras tus bellas palabras y deseos se esconden tus intereses, tu egoísmo. Mirar es un ejercicio difícil, pero imprescindible para amar de verdad, para que nuestro amor sea sincero y creativo.
Y se fueron a rezar Completas...
Hermosa Reflexion y creo que existiria mas amor si las personas dejaran de ser tan criticonas. Besos
ResponderEliminarMuy bonito comentario.
ResponderEliminarSaludos.