Paseaban por la falda de la montaña. El rostro del Anacoreta se iluminó y dijo a su joven seguidor:
- ¿Te has dado cuenta? No hay nada inútil. Aquella piedra, este árbol, ese matorral...podrían no estar ahí, pero el sólo hecho de estar, les da un sentido...
El joven preguntó:
- ¿Un sentido?
El anciano se detuvo. Miró dentro de su bolsa y sacó un viejo cuaderno de hojas ya amarillas. Entonces respondió:
- Hace tiempo copié este texto de J.H.Griffin:
"Existe en todas las cosas visibles
una fecundidad invisible,
una luz tenue,
una plenitud escondida...
Existe en todas las cosas
una dulzura y una pureza inagotable,
un silencio que es fuente de acción y de alegría.
Se alza con una delicadeza inefable
y fluye fuera de mí
desde las raíces ocultas de toda criatura."
Y el Anacoreta concluyó:
- Sólo hace falta saber mirar con otros ojos.
Y al joven le pareció que el paisaje se iluminaba con una luz resplandeciente...y se sintió feliz.
ResponderEliminarGracias hermanito !!! Gracias cuanta belleza tienen sus escritos !!!
Una se siente elevar ! eso serà que nos toca el corazòn !!!
Bendito sea en cada amanecer buen hermano de todo corazòn ***
Paz y Bien ***
Ayer escribí un comentario pero veo que no ha salido o todavía no tiene tu permiso. Me gusta acudir casi todos los días para leer las entradas que publicas por la buena música y porque los textos hacen reflexionar. Ayer escribí: Sólo un amor generoso puede llegar a todo el mundo sin restricciones.
ResponderEliminar