"En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
- No practiquéis vuestra religión delante de
los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no
obtendréis ninguna recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.
Por tanto, cuando ayudes a los necesitados
no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas
y en las calles para que la gente los elogie. Os aseguro que con eso ya tienen
su recompensa. Tú, por el contrario, cuando ayudes a los
necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo. Hazlo en secreto, y tu Padre, que ve lo
que haces en secreto, te dará tu recompensa.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas,
a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Os
aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú,
cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y
tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa.
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Cuando ayunéis, no
pongáis el gesto compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para
que la gente vea que están ayunando. Os aseguro que con eso ya tienen su
recompensa. Pero tú, cuando ayunes, lávate la cara y
arréglate bien, para que la gente no advierta que estás
ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo, y él te dará tu
recompensa."
Iniciamos hoy la Cuaresma. El profeta Joel, en la primera lectura, nos dice en nombre de Dios: "Ahora volved a mi".
Esta cuaresma es una invitación a volver al Señor. Jesús nos indica cómo hacerlo. Nos indica los tres pasos que comentamos el lunes: Limosna, oración y ayuno. Traducido a nuestro lenguaje sería: generosidad y justicia con los demás, relación con Dios y dominio de uno mismo. Pero añade un punto muy importante: todo hay que hacerlo desde el interior de nuestro corazón, sin hipocresía. ¿Cómo podemos llamarnos cristianos si somos corruptos? Nuestra oración, nuestra limosna, nuestro ayuno, son pura hipocresía si los utilizamos para aparentar, para que nos consideren, para nuestro provecho. Ayer una pareja se suicidó en Calviá tras recibir la orden de desahucio. ¿Cómo puede un cristiano, eclesiástico además, decir que los suicidios no están en relación con la crisis? Nuestro ayuno, nuestra oración, nuestra limosna, son pura hipocresía si nuestro hermano es desahuciado, muere de hambre, vive en la calle...
¿Cuándo comprenderemos que el camino hacia Dios pasa por el hermano?
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Resulta muy difícil entender algunas de las cosas que están ocurriendo ultimamente y mucho menos cuando lo intentan justificar con semejantes sinrazones
ResponderEliminarUna revisión diaria de lo que hemos hecho ese día y también de lo que hemos dicho, seguro que nos ayuda en el camino que hoy empezamos
Un abrazo
Cuanta razón tiene la lectura del profeta...Lo que hagais por uno de vuestros hermanos , me lo haceis a Mí. Cuando ayudamos a un necesitado debemos hacerlo por convencimiento , empatia, caridad,amor...y no para ser reconocidos como buena gente, y saciar nuestro ego.Solo así nos sentiremos en paz con Dios y con nuestros hermanos que sufren.Un abrazo Joan.
ResponderEliminarHola mi querido Hno. Juan Josep, mucho tiempo sin pasar por tu blog. He regresado de Argentina y de vuelta a España retomo mi blog.
ResponderEliminarTengo en cuenta siempre las Sagradas Escrituras y hago fiesta con ellas. Mi hermano es lo más preciado que tengo. Sois TODOS.
Con ternura
Sor.Cecilia
La cuaresma nos lleva a un tiempo de reflexión personal, pero en el que debemos tener presente los signos de los tiempos que estamos viviendo: paro, desahucios, maltrato, abandono...
ResponderEliminartambién la corrupción, que es una lacra que sangra a los más débiles. Ante esto ningún ser humano, sea cristiano o no, puede dejar pasar sin alzar los brazos y decir basta. Pero los que nos decimos cristianos tenemos que gritar y trabajar con fuerza contra estas injusticias. Un abrazo