Se acercó un religioso y le pidió un consejo al Anacoreta. El anciano, tras reflexionar unos instantes le dijo:
- Podría decirte muchas cosas, pero hoy se me ocurre esta. Hazte compañero de viaje y escucha humildemente a las personas. Los hombres están desorientados y el religioso, por encima de sus devociones, debe ayudar a dar sentido a la vida. No debemos creer que somos mejores porque somos consagrados. No debemos estar tan preocupados por nuestra perfección, que olvidemos a los demás.
Miró a los ojos al religioso y concluyó:
- Hazte compañero de viaje. No temas mancharte con el polvo y el barro del camino. Así nosotros y los demás descubriremos, que Jesús camina a nuestro lado
ResponderEliminarEstamos acostumbrados al ruido, a hablar, pero al silencio y a escuchar, no tanto. Hago deporte a diario y observo a las personas que van por el parque, la mayoría o habla con otras personas o llevan el mp3. Pocas personas disfrutan de los ruidos de la naturaleza o del silencio.
Por eso es tan difícil caer en la cuenta de que Dios camina a nuestro lado, ver a Dios en la cara del sufriente, del que pide o simplemente sentir su presencia en nuestro interior. Un abrazo grande, Mariloli