El Anacoreta se dirigió a su joven seguidor con un libro en la mano y le dijo:
- Escucha lo que Enzo Bianchi escribió a los jóvenes:
"Realizar la vocación de ser hombres vale para creyentes y no creyentes; no hay tareas diversas, hay una sola tarea: llegar a ser hombres, hacer de la propia vida humana una obra maestra...La existencia cristiana no se añade desde arriba a la existencia humana que viene de abajo; se funde con la humanidad en una única vida, sin divisiones ni separaciones. Eso sí, el modelo es Jesús que vive para los otros y se hace cordero en medio de los lobos."
Miró a los ojos del joven y concluyó:
- Si todos lucháramos honestamente por ser verdaderos hombres, en el mundo habría menos divisiones y reinaría la paz.
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