FUEGO DE AMOR

"He venido a encender fuego en el mundo, ¡y cómo querría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba, ¡y cómo he de sufrir hasta que haya terminado! ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división. Porque, de ahora en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.

Jesús dijo también a la gente: 

- Cuando veis que las nubes aparecen por occidente, decís que va a llover, y así sucede. Y cuando el viento sopla del sur, decís que va a hacer calor, y lo hace. ¡Hipócritas!, si sabéis interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo en que vivís? ¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo?" 

El evangelio de hoy, así de entrada, puede causar confusión. Sin embargo, si analizamos nuestra sociedad, vemos que se ajusta a la realidad.

El fuego con el que Jesús quiere encender la tierra no es otro que el fuego del amor. Y ese Amor, lejos de adormecernos en una paz falsa, nos revoluciona totalmente. La lucha de la que habla Jesús es la del amor contra el egoísmo. Y lo que divide nuestra sociedad, lo que deshace nuestras familias, es el hacer prevalecer el egoísmo por encima del amor. Las ansias de poder, de dominio, de ser más que el otro, es lo que destruye nuestra sociedad. El mirarnos a nosotros y olvidar a los demás.

Jesús nos pide que prendamos el mundo con el fuego del amor.

Y también nos dice hoy, que leamos los signos de los tiempos. Cada vez vemos con mayor claridad, que nuestra sociedad neocapitalista no va a ningún lado, que nos precipitamos hacia el fracaso total. Es pues ya la hora de empezar la revolución del amor, que no es otro cosa, sino luchar por el advenimiento del Reino.