El joven seguidor compró una lámpara con una bella pantalla, que colocó sobre una mesita en la sala de estar. El Anacoreta la miró sonriendo y dijo:
- Esta lámpara me recuerda que, cuando el corazón de una persona está iluminado por dentro, gracias a la presencia de Dios, ilumina al mundo entero, desapareciendo los obstáculos de su camino.
Una meravella de relat.
ResponderEliminarUna abraçada desde Valencia, Montserrat