Ante tantas desgracias e injusticias que se viven hoy en día en nuestra sociedad, leyes que apisonan las personas, personas que pierden sus derechos, he recordado una oración que Thomas Merton nos dejó en su libro, "En busca de la Soledad":
"Enséñame cómo se va a ese país que está más allá
de toda palabra y de todo nombre.
Enséñame a orar a este lado de la frontera,
aquí donde se encuentran estos bosques.
Necesito que tú me guíes.
Necesito que tú muevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique
por medio de tu oración.
Necesito que robustezcas mi voluntad.
Necesito que salves y transformes el mundo.
Te necesito a ti para todos cuantos sufren,
para todos cuantos padecen prisión,
peligro o tribulación.
Te necesito para cuantos han enloquecido.
Necesito que tus manos sanadores
no dejen de actuar en mi vida.
Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo,
un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombres a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar el río.
Te necesito para mí, tanto si vivo como si muero.
Es preciso. Amén."
(Thomas Merton)
Yo necesito a Dios...,pero no puedo olvidar, que ELLOS me necesitan a mí.
Me uno a esa oración y pido a Dios que acabe con esta locura que está viviendo el mundo.
ResponderEliminarQue así sea
Que Dios nos ilumine a todos@ para dar solución a tanta tortura.
ResponderEliminarTambien me uno a tu oración.
Un abrazo.