domingo, 6 de septiembre de 2015

ABRIRNOS


"Jesús volvió a salir de la región de Tiro y, pasando por Sidón y los pueblos de la región de Decápolis, llegó al lago de Galilea. Allí le llevaron un sordo y tartamudo, y le pidieron que pusiera su mano sobre él. Jesús se lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre:
– ¡Effetá! (es decir, “¡Ábrete!”).
Al momento se abrieron los oídos del sordo, su lengua quedó libre de trabas y hablaba correctamente. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban ellos. Llenos de asombro, decían:
– Todo lo hace bien. ¡Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos!"

Jesús está fuera de Israel, en la Decápolis, lo que hoy es Jordania.Y allí le presentan a un sordo que casi no habla.
Nosotros también estamos sordos y casi no hablamos ( aveces parece que lo hacemos demasiado, pero son palabras vacías). Estamos sordos a los gritos del que sufre, a la voz de nuestro hermano que nos necesita. Estamos sordos a las injusticias. Estamos encerrados en nuestro mundo egoísta, buscando únicamente nuestro provecho.
Nos dice el Evangelio que ha Jesús "le presentan" un sordo. Los cristianos ¿llevamos a los demás a la presencia de Jesús o los alejamos de Él? No podemos recobrar el oído, si no nos presentamos ante Jesús.
Jesús se lleva al sordo a parte. Porque el auténtico encuentro con Él, sólo puede realizarse en la soledad, en el silencio. Es entonces cuando oiremos la orden que nos da: Effetá :   ¡ábrete!
Recobrar el oído es abrirnos a los demás, abrirnos al mundo, abrirnos al que sufre...escuchar la voz del pobre, escuchar la voz de Dios.
Sólo entonces también podremos hablar, porque actuaremos. Porque nuestra vida estará abierta al otro.




1 comentario:

  1. Bon día Joan Josep: Buena reflexión nos haces del Evangelio de hoy.
    Salutacions, Montserrat

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