miércoles, 2 de marzo de 2016

LA PLENITUD DE LA LEY


"No penséis que yo he venido a poner fin a la ley de Moisés y a las enseñanzas de los profetas. No he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero sentido. Porque os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra no se le quitará a la ley ni un punto ni una coma, hasta que suceda lo que tenga que suceder. Por eso, el que quebrante uno de los mandamientos de la ley, aunque sea el más pequeño, y no enseñe a la gente a obedecerlos, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedezca y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos."

La ley y los profetas son el Antiguo Testamento. Recordad, que en el evangelio de la Transfiguración, aparecían junto a Jesús, Moisés y Elías. Es decir, la ley y los profetas; pero sólo el rostro de Jesús es el que se transfigura y ellos desaparecen cunado Dios lo declara su Hijo y dice que lo escuchemos. Jesús es la plenitud de la ley y los profetas. 
Jesús en este texto nos invita a hacer VIDA esta ley. No nos pide un legalismo literal. El otro día Jesús nos especificaba lo que eran la ley y los profetas para Él: Todo lo que queráis que hagan los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos" Y en otro lugar nos dice, que la ley es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como nosotros mismos. Nuestra vida ha de consistir en un amor a Dios que se concreta en un amor al prójimo. Esta es la plenitud de la ley.

No hay comentarios:

Publicar un comentario