martes, 1 de marzo de 2016

LAS DOS MEDIDAS


"¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú tener compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?"

Tenemos dos medidas. Somos muy tolerantes con nosotros y exigentes con los demás. Encontramos justificaciones para nuestros fallos; sin embargo, encontramos peros, incluso para las cosas que hacen bien los demás. Esta parábola de la gran deuda perdonada y de la exigencia del perdonado a su compañero por una pequeña deuda, la hemos oído mil veces. Pero nosotros seguimos empleando dos medidas. Jesús la contó a raíz de la pregunta de Pedro, de cuántas veces había que perdonar. Jesús responde: siempre. 
Cada día pedimos en el Padrenuestro, que Dios nos perdone las deudas. Y añadimos, como nosotros las perdonamos a nuestros deudores. ¿Es eso verdad o son meras palabras? Entendemos por cristianos practicantes, aquellos que van a misa y reciben los sacramentos. Pero estas prácticas pueden estar vacías de contenido. Pueden ser meras palabras, ritos y ceremonias. El verdadero cristiano practicante es el que sabe amar. El que perdona siempre. 

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