"Jesús contó esta otra parábola para algunos que se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a los demás: Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Ni tampoco soy como ese cobrador de impuestos. Ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ A cierta distancia, el cobrador de impuestos ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador!’ Os digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa perdonado por Dios; pero no el fariseo. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido."
Todos llevamos un fariseo dentro. Nos creemos perfectos. Siempre tenemos razón. Los demás son corruptos. Vemos malas intenciones en los otros y excusamos todas nuestras faltas. Esto influye en nuestra relación con Dios. Nos consideramos los buenos y los demás son los malos. Jesús ante los que se consideran justos y desprecian a los demás, nos dice que Dios está más cerca del que es sincero consigo mismo y sabe reconocer sus faltas. El fariseo, ciertamente cumplía la ley. Y el cobrador de impuestos era un corrupto. El problema no es ese. El problema está en que el fariseo cree que con cumplir basta , y que esto le hace superior a los otros. Se cree más y no sabe ver sus defectos y fallos, que los tiene como cualquier humano. El cobrador de impuestos es corrupto; pero lo reconoce y se sabe indigno por ello. Dios prefiere esta sinceridad a la soberbia del fariseo.
Los seguidores de Jesús, deberíamos pedir perdón. Quizá somos fieles a ir a misa, a cumplir las normas y leyes de la Iglesia..., pero dejamos al hambriento morir de hambre, al inmigrante abandonado a su suerte, al deshauciado sin casa...Tenemos más motivos para pedir perdón, que para vanagloriarnos.
Hola Joan Josep.La psicologia moderna de vegades incita una mica al egoisme disfraçat d´autoestima, perque ens convida a que ens autovalorem massa.
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