"Las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero, a la vez, con mucha alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas, acercándose a Jesús, le abrazaron los pies y le adoraron. Él les dijo:
– No tengáis miedo. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allí me verán.
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había sucedido. Estos jefes se reunieron con los ancianos para, de común acuerdo, dar mucho dinero a los soldados y advertirles:
– Decid que durante la noche, mientras dormíais, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros le convenceremos y os evitaremos dificultades.
Los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había dicho. Y esa es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos."
Es muy significativo que, en los cuatro evangelios, Jesús, a las primeras que se aparece es a las mujeres. Precisamente a aquellas que no contaban nada, junto a los niños, en Israel. Su testimonio no era válido en un juicio. Jesús nos muestra, que solamente desde la sencillez podemos llegar a Él.
Se aparece a ellas cuando alegres, corrían a anunciar a los discípulos la resurrección. Asustadas pero alegres, nos dice el texto. Para encontrar a Jesús hemos de ir hacia los demás. Ellas lo encuentran y lo reconocen. Jesús les da un mensaje para los discípulos: Id a Galilea.
Volver a Galilea, es volver a los orígenes. Volver a la búsqueda del Reino, que es vivir como hermanos, curar, cuidar, alimentar, estar junto al débil, amar. Es allí donde veremos a Jesús. Es en el hermano donde podemos encontrarlo.
También nosotros debemos volver a los orígenes. Desmantelar todos los falsos montajes que hemos ido creando a través de la historia y volver a la esencia: a Dios lo encontramos en los más débiles, en el hermano. Jesús resucitado vive en el corazón de cada hombre. Allí es donde debemos adorarlo.
Si Joan Josep, en el corazón de cada hombre y mujer, pero muy gente no se da cuenta y lo rechazan.
ResponderEliminarVolver a lo esencial, gracias.
ResponderEliminar