A veces nos preguntamos dónde está Dios. Ante las desgracias e injusticias que suceden cada día, esperamos que Dios aparezca y lo solucione todo. Pero Dios no actúa así. Nos preguntamos por qué se hagan estas personas en el Mediterráneo, y no sabemos que es Él, el que se ahoga cada día. Nos preguntamos sobre la pobreza, el hambre, la miseria, y no sabemos ver que es Él el pobre, el hambriento, el hundido en la miseria.
Dios se nos presenta cada día, per no lo sabemos ver. Florentino Ulibarri nos habla de este Dios del silencio en este poema.
"No anuncias la hora de tu llegada
ni pregonas tu presencia
con trompetas, campanas o cañones.
Ya no nos convocas, como antaño,
con signos y prodigios, a ver tu gloria
y cantar tus alabanzas.
No quieres espectáculos.
Te pierdes por calles secundarias,
plazas públicas y mercados de barrio,
donde no hay pedestales ni estatuas.
Tú no eres un dios de aplausos, gritos y vítores.
Eres el Dios de la brisa y el silencio.
Tu llegas al corazón y susurras palabras de vida.
Y, en las encrucijadas, miras y miras.
Te quedas si te aceptamos
y permaneces fuera, esperando, si te rechazamos.
Eres la salvación, pero sólo te ofreces
a los que saben de silencios
y de encuentros en encrucijadas. ¡Tú no nos impones ni tu presencia!
Dios silencio.
Dios encuentro.
(Florentino Ulibarri)
Me encanta esta reflexión.Gracias por compartir.
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