"También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: “Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.”
Jesús los llamó y les puso un ejemplo, diciendo:
- ¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás? Un país dividido en bandos enemigos no puede mantenerse, y una casa dividida no puede mantenerse. Pues bien, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse: habrá llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si antes no lo ata. Solamente así podrá robárselos. Os aseguro que Dios perdonará a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan; pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo no tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.
Esto lo dijo Jesús porque afirmaban que tenía un espíritu impuro."
Nuestra sociedad, para desprestigiar a los que hacen el bien, los acusan de tener segundas intenciones. Lo mismo le ocurrió a Jesús con los fariseos. Ellos no pueden aceptar las obras de Jesús y lo acusan de hacerlas en nombre del mal. El peor pecado no es hacer el mal, sino rechazar el bien.
"¡Vaya! ¡Qué manera de desprestigiar a Jesús! Claro, su palabra y su modo de proceder se convierte en una piedra en el zapato para quienes están encerrados en su propio egoísmo que les proporciona una falsa seguridad. Esto se ha encriptado en el poder que les otorga el sistema religioso que ha acomodado a su propio interés. Jesús cuestiona con fuerza profética la falsedad y vaciedad de la religiosidad (tergiversada) que sostienen y defienden los líderes religiosos del pueblo. Jesús propone una novedad. Sin desconocer lo valioso de la ley y la tradición profética, presenta una alternativa de esperanza y liberación: el Reinado de Dios. Sólo cuando el Señor de la vida y de la historia sea el soberano que gobierna el corazón humano la ley y los profetas recobraran su sentido humanizador. Por eso la mejor forma para debilitar la propuesta de Jesús es descalificarlo haciéndolo parecer como un demonio que se opone al plan de Dios. ¿Reconocemos la fuerza liberadora y novedosa del evangelio en nuestra comunidad?" (Koinonía)
- Com pot Satanàs expulsar el propi Satanàs? Un país dividit en bàndols enemics no pot mantenir-se, i una casa dividida no pot mantenir-se. Doncs bé, si Satanàs es divideix i s'aixeca contra si mateix, no podrà mantenir-se: haurà arribat la seva fi.
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