"Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago. La gente se acercaba a él, y él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
– Sígueme.
Leví se levantó y le siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos cobradores de impuestosj y otra gente de mala fama estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. Unos maestros de la ley pertenecientes al partido fariseo, al ver que Jesús comía con todos ellos, preguntaron a los discípulos:
– ¿Cómo es que vuestro Maestro come con los cobradores de impuestos y con los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
– No necesitan médico los que gozan de buena salud, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."
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Nosotros clasificamos a las personas: buenos y malos. Los primeros se lo merecen todo. los otros, cuanto más lejos mejor. Sin embargo Jesús actúa de manera muy diferente. Son los pecadores los que lo necesitan y Él se dedica a ellos.
"Publicano, recaudador de impuestos, impuro, colaboracionista del imperio romano. Odiado por todo el pueblo. De alguna manera excluido. A personas como Leví de Alfeo, con esas características, es que llama Jesús. Sus seguidores, sus discípulos y apóstoles no proceden del mundo de la nobleza o de alta alcurnia, ni siquiera de pureza moral o religiosa. Jesús decide por la escoria del mundo, por lo que no cuenta, por los que son rechazados y expulsados por los círculos de poder. Qué bueno sería aprendiéramos la lección del Maestro. Cuantas veces rechazamos a personas que no pertenecen a nuestro círculo social o eclesial. Porque son diferentes, piensan y opinan diferente, y hasta viven diferente. Tal vez pertenecen a otro credo, o tal vez ni siquiera son creyentes. Qué bueno sería que echáramos un vistazo a nuestro alrededor y tomáramos conciencia de qué clase de personas estamos rodeados ¿los limpios, los rectos, los que figuran? Y ¿dónde están aquellos, los predilectos de Jesús? ¿En qué lugar de nuestro corazón los tenemos?" (Koinonía)
"Publicano, recaudador de impuestos, impuro, colaboracionista del imperio romano. Odiado por todo el pueblo. De alguna manera excluido. A personas como Leví de Alfeo, con esas características, es que llama Jesús. Sus seguidores, sus discípulos y apóstoles no proceden del mundo de la nobleza o de alta alcurnia, ni siquiera de pureza moral o religiosa. Jesús decide por la escoria del mundo, por lo que no cuenta, por los que son rechazados y expulsados por los círculos de poder. Qué bueno sería aprendiéramos la lección del Maestro. Cuantas veces rechazamos a personas que no pertenecen a nuestro círculo social o eclesial. Porque son diferentes, piensan y opinan diferente, y hasta viven diferente. Tal vez pertenecen a otro credo, o tal vez ni siquiera son creyentes. Qué bueno sería que echáramos un vistazo a nuestro alrededor y tomáramos conciencia de qué clase de personas estamos rodeados ¿los limpios, los rectos, los que figuran? Y ¿dónde están aquellos, los predilectos de Jesús? ¿En qué lugar de nuestro corazón los tenemos?" (Koinonía)
- Com és que el vostre Mestre menja amb els cobradors d'impostos i amb els pecadors?
ResponderEliminarJesús els va sentir i els digué:
- No necessiten metge els que gaudeixen de bona salut, sinó els malalts. Jo no he vingut a cridar els justos, sinó els pecadors. "