miércoles, 23 de enero de 2019

PRIMERO, EL HOMBRE


"Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano tullida, y espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado y tener así algo de qué acusarle. Jesús dijo al hombre de la mano tullida:
– Levántate y ponte ahí en medio.
Luego preguntó a los demás:
– ¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? 
Ellos se quedaron callados. Jesús miró entonces con enojo a los que le rodeaban y, entristecido porque no querían entender, dijo a aquel hombre:
– Extiende la mano.
El hombre la extendió, y la mano le quedó sana. Pero los fariseos, en cuanto salieron, comenzaron junto con los del partido de Herodes a hacer planes para matar a Jesús." 


Jesús vuelve a colocar el bien del hombre por delante de los ritos, obligaciones, tradiciones. El sábado, como vimos ayer, era algo muy importante para los judíos. Jesús nos vuelve a enseñar que, el hombre, su bien, la justicia, están por delante de él.
"“Otra vez la mula al trigo” dicen los campesinos de mi tierra. Nuevamente los cuestionamientos para Jesús por realizar acciones en favor de las personas oprimidas por los males (muchos de ellos generados por la estructura religiosa). El episodio sucede en la Sinagoga. Parece ser que esta institución se ha especializado en paralizar al ser humano. Todos sabemos lo importante que son nuestras manos. Las necesitamos para trabajar, saludar, estudiar, acariciar, consolar, alabar (también sirven para hacer el mal). La mano paralizada hace inútil al hombre. Por eso Jesús desafía a la institucionalidad. “Ponte en medio” le dice Jesús al enfermo. Luego confronta a las autoridades religiosas. El tema es el bien o el mal aunque sea en día sábado. Para Dios, queda claro, lo importante no son los preceptos sino, una vez más, las personas. Curiosamente una religión cuyos fundamentos fueron garantía de libertad y seguridad para el pueblo, se ha convertido en una carga abrumadora y despersonalizante. ¿Qué cosas de nuestra experiencia religiosa son esclavizantes y deshumanizantes?" (Koinonía) 


1 comentario:

  1. "Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano tullida, y espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado y tener así algo de qué acusarle. Jesús dijo al hombre de la mano tullida:
    – Levántate y ponte ahí en medio..." Pare Nostre.

    ResponderEliminar