"Se habían olvidado de llevar algo de comer y solamente tenían un pan en la barca. Jesús les advirtió:
– Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
Los discípulos comentaban entre sí que no tenían pan. Jesús se dio cuenta de ello y les dijo:
– ¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿Todavía no comprendéis ni entendéis nada? ¿Tan embotada tenéis la mente? ¿Tenéis ojos y no veis, y oídos y no oís? ¿Ya no recordáis, cuando repartí los cinco panes entre cinco mil hombres, cuántas canastas llenas de trozos recogisteis?
Ellos contestaron:
– Doce.
– Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántos cestos llenos recogisteis?
Contestaron:
– Siete.
Entonces les dijo:
– ¿Todavía no entendéis?"
Ayer Jesús se encontraba con que los fariseos pedían una señal. No veían lo que tenían delante de ellos. Hoy son los discípulos los que ni ven ni oyen. Y nosotros, seguimos sin ver ni oir. Seguimos preocupado por lo externo y lo material y no sabemos ver a Jesús en nuestro corazón y en los demás.
"Los discípulos se encuentran en la barca con Jesús y, al parecer, todavía no han entendido el significado del milagro del pan. Por eso, ante la preocupación de quedarse sin provisiones, Jesús pone a los suyos en alerta por la levadura de los fariseos y de Herodes. La intención de Jesús es la de advertir a los discípulos de lo perjudicial que puede ser dejarse contagiar por aquella levadura; símbolo de la incredulidad y dureza del corazón. En este sentido, para Marcos cuando retoma las palabras del profeta Jeremías, atribuye la falta de fe por la cerrazón de no comprender del misterio de Dios. Por este motivo, les recuerda la escena de la multiplicación del pan para hacerles caer en la cuenta que algo nuevo está frente a sus ojos y es necesario cambiar de perspectiva para reconocer en Jesús al pastor, el portador de la salvación. De este modo, solo queda por preguntar: ¿qué es lo que cierra mi corazón y no me permite comprender el misterio del Reino acontecido en Jesús de Nazaret?" (Koinonía)
"Los discípulos se encuentran en la barca con Jesús y, al parecer, todavía no han entendido el significado del milagro del pan. Por eso, ante la preocupación de quedarse sin provisiones, Jesús pone a los suyos en alerta por la levadura de los fariseos y de Herodes. La intención de Jesús es la de advertir a los discípulos de lo perjudicial que puede ser dejarse contagiar por aquella levadura; símbolo de la incredulidad y dureza del corazón. En este sentido, para Marcos cuando retoma las palabras del profeta Jeremías, atribuye la falta de fe por la cerrazón de no comprender del misterio de Dios. Por este motivo, les recuerda la escena de la multiplicación del pan para hacerles caer en la cuenta que algo nuevo está frente a sus ojos y es necesario cambiar de perspectiva para reconocer en Jesús al pastor, el portador de la salvación. De este modo, solo queda por preguntar: ¿qué es lo que cierra mi corazón y no me permite comprender el misterio del Reino acontecido en Jesús de Nazaret?" (Koinonía)
– Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
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