En aquella misma ocasión se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
– ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo:
– Os aseguro que si no cambiáis y os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. El más importante en el reino de los cielos es aquel que se humilla y se vuelve como este niño. Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las otras noventa y nueve en el monte e irá a buscar la extraviada? Y si logra encontrarla, os aseguro que se alegrará más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Del mismo modo, vuestro Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.
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El evangelio de hoy nos une dos textos que parecen inconexos. La invitación a ser como niños y la oveja perdida. Jesús nos está indicando que debemos ser humildes, sencillos. Que debemos apreciar a la gente sencilla. También nos dice que Él no da a nadie por perdido y hace todo lo posible para recuperarlo. Eso le da una alegría enorme. Nos está diciendo que no debemos considerarnos, al igual que los niños, superiores a nadie. Que aquellos que consideramos pecadores, las ovejas perdidas, son predilectas para Jesús y como Él, debemos alegrarnos cuando vuelven al redil.
"La imagen del niño, lo es tanto por su niñez como por su pequeñez. En tiempos de Jesús, los niños, las mujeres y los pobres, eran importantes pero excluidos socialmente. Eran “pequeños” que no podían participar en las decisiones de los “grandes”. El mundo sigue hoy dominado por los “grandes” en poder, ambición, injusticia y violencia. Jesús propone un mundo desarrollado desde la pequeñez, desde el grano de mostaza que crece en ternura, solidaridad, justicia y paz. La pequeñez por tanto, no es carencia de estatura o de madurez, es una actitud evangélica que procura despertar en la vida cristiana, la preocupación permanente por las ovejas perdidas, por los hombres y mujeres olvidados y excluidos de nuestro mundo, que necesitan un amigo, una voz, un abrazo solidario para volver a creer que un mundo nuevo y mejor todavía es posible. Hagamos lo imposible para que no se pierda ni uno solo de nuestros hermanos. Solo así podremos ser los más grandes en el reino de los cielos y los mejores pastores en nuestras comunidades." (Koinonía)
"La imagen del niño, lo es tanto por su niñez como por su pequeñez. En tiempos de Jesús, los niños, las mujeres y los pobres, eran importantes pero excluidos socialmente. Eran “pequeños” que no podían participar en las decisiones de los “grandes”. El mundo sigue hoy dominado por los “grandes” en poder, ambición, injusticia y violencia. Jesús propone un mundo desarrollado desde la pequeñez, desde el grano de mostaza que crece en ternura, solidaridad, justicia y paz. La pequeñez por tanto, no es carencia de estatura o de madurez, es una actitud evangélica que procura despertar en la vida cristiana, la preocupación permanente por las ovejas perdidas, por los hombres y mujeres olvidados y excluidos de nuestro mundo, que necesitan un amigo, una voz, un abrazo solidario para volver a creer que un mundo nuevo y mejor todavía es posible. Hagamos lo imposible para que no se pierda ni uno solo de nuestros hermanos. Solo así podremos ser los más grandes en el reino de los cielos y los mejores pastores en nuestras comunidades." (Koinonía)
"...En aquella mateixa ocasió es van acostar a Jesús els deixebles i li van preguntar:
ResponderEliminar- Qui és el més important en el Regne del cel?
si no canvieu i us torneu com nens, no entrareu pas al Regne del cel. El més important en el Regne del cel és aquell que s'humilia i es torna com aquest nen.
No menyspreeu a cap d'aquests petits.
... ... el vostre Pare que està en el cel no vol que es perdi cap d'aquests petits. .."
Ens està dient que no hem de considerar-nos, igual que els nens, superiors a ningú. Que aquells que considerem pecadors, les ovelles perdudes, són predilectes per a Jesús i com Ell, hem d'alegrar quan tornen a la cleda.
Fem l'impossible perquè no es perdi ni un sol dels nostres germans. Només així podrem ser els més grans en el Regne del cel i els millors pastors en les nostres comunitats. "