jueves, 8 de agosto de 2019

LAS LLAVES DEL REINO


Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos:
– ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? 
Ellos contestaron:
– Unos dicen que Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que Jeremías o algún profeta. 
– Y vosotros, ¿quién decís que soy? – les preguntó.
Simón Pedro le respondió:
– Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. 
Entonces Jesús le dijo:
– Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi iglesia; y el poder de la muerte no la vencerá. Te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en este mundo, también quedará atado en el cielo; y lo que desates en este mundo, también quedará desatado en el cielo. 
Luego Jesús ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. A partir de entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle, diciendo:
– ¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Eso no te puede pasar!
Pero Jesús se volvió y dijo a Pedro:
– ¡Apártate de mí, Satanás, pues me pones en peligro de caer! ¡Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres!

Jesús nos pregunta a cada uno de nosotros quién es Él. Podemos responder como Pedro correctamente haciendo que Jesús nos entregue las Llaves del Reino. Pero no se trata de una respuesta con palabras, sino de una respuesta con nuestra vida. Puede ocurrirnos, como a Pedro, que no aceptemos el compromiso de la Pasión, nuestra entrega total. Si realmente sabemos quién es Jesús, debemos reconocerlo en los demás, en los pobres, en los perseguidos...y nuestra vida debe ser una donación total a ellos. Si no, nuestra vida espiritual son meras palabras.
"La pregunta de Jesús tiene dos niveles. El primero es impersonal. ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Para responder a esta pregunta no se necesita un conocimiento personal de Jesús. Aquí cualquiera puede responder. Aplicando esto a nuestro aquí y ahora podemos decir que esta pregunta se responde leyendo un libro de religión, catequesis o viendo una película que hable de la vida del Señor. Es una respuesta aprendida, escuchada, impersonal. Los discípulos y nosotros podemos decir lo que hemos oído decir a la gente. El segundo es personal. ¿Y ustedes, quién dicen que soy? Ahora la pregunta es directa, pide una respuesta que salga desde el corazón, es una pregunta que sólo se puede hacer a un amigo en quien se confía. Una pregunta que exige un conocimiento personal de Jesús y donde no son válidas las respuestas de los demás. Deseo que te consideres dichoso, como Jesús consideró a Pedro, por la respuesta que puedas darle al Maestro este día. Jesús hoy te pregunta: ¿Quién dices que soy yo?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. ..."Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.
    Entonces Jesús le dijo:
    – Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi iglesia; y el poder de la muerte no la vencerá. Te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en este mundo, también quedará atado en el cielo; y lo que desates en este mundo, también quedará desatado en el cielo.
    Luego Jesús ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. A partir de entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría..."
    La pregunta de Jesús tiene dos niveles. El primero es impersonal. ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Para responder a esta pregunta no se necesita un conocimiento personal de Jesús. Aquí cualquiera puede responder. Aplicando esto a nuestro aquí y ahora podemos decir que esta pregunta se responde leyendo un libro de religión, catequesis o viendo una película que hable de la vida del Señor. Es una respuesta aprendida, escuchada, impersonal. Los discípulos y nosotros podemos decir lo que hemos oído decir a la gente. El segundo es personal. ¿Y ustedes, quién dicen que soy? Ahora la pregunta es directa, pide una respuesta que salga desde el corazón, es una pregunta que sólo se puede hacer a un amigo en quien se confía. Una pregunta que exige un conocimiento personal de Jesús y donde no son válidas las respuestas de los demás. Deseo que te consideres dichoso...COM SÓC JO,AMIC?

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