domingo, 8 de diciembre de 2019

HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA


"A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:
– ¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.
Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
– María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin. 
María preguntó al ángel:
– ¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre? 
El ángel le contestó:
– El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible. 
Entonces María dijo:
– Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Con esto, el ángel se fue." 

La gran virtud de María es dejarse moldear por la Palabra. Dejarse habitar y guiar por el Espíritu. Ser la Sierva del Señor. Este es el camino del verdadero discípulo. Ese ha de ser nuestro camino. Si lo seguimos, también Jesús se encarnará en nuestro interior y engendraremos a Dios en el mundo.
 "Tanto María como José escuchan a los mensajeros de Dios. Hablan con ellos como si hablaran con Dios. Es esquema del “anuncio” a María es semejante a los anuncios del Antiguo Testamento relativos a Ismael, Isaac, Sansón y Samuel. Según Lucas, María es la “Hija de Sión”.
“Encarnarse” significa que algo espiritual toma carne en una realidad material, de ordinario frágil y aun pecaminosa. La encarnación cristiana indica que Dios asume la condición humana, a saber: Comparte nuestra pobreza y acepta nuestra miseria, para elevarnos a su propia vida. Dios se encarna silenciosamente en el seno de María, mujer sencilla, perteneciente a una aldea desconocida, al otro extremo de Jerusalén y del Templo judío. María es invitada por Dios a estar alegre “en el Salvador”; es la “privilegiada”, la favorecida, la bienaventurada, porque es creyente y está abierta a la voluntad de Dios.
En el evangelio de Lucas, el diálogo con María comienza con la exhortación a estar alegre (v. 28). La alegría es, en la Biblia, una nota característica del cumplimiento de las promesas de Dios. Puesto que María recibe el favor de Dios, la expresión “llena de Gracia” reemplaza espontáneamente su nombre; así el alégrate, María se transforma en “alégrate, llena de gracia”. El Señor está de su lado: “ella ha encontrado su favor” (v. 30). Todo sucede bajo el amor libre y gratuito de Dios. La fe es el don que inaugura el diálogo; Dios confía en María, y esto, a su vez, la hace confiar en El, la convierte en creyente. No hay razón para el temor, sino mas bien para la entrega (v. 30). El miedo es precisamente lo que se opone a la confianza en Dios. La mirada que el Señor pone en María le pide la fe. Gracias a su respuesta, la joven judía participa en la obra de Dios.
Lo anunciado será obra del Espíritu Santo, la sombra del altísimo la cubrirá (vv. 32 y 35). El don de la encarnación ocurre en la historia, es la síntesis de la fuerza del Espíritu y de la debilidad de María. Su hijo será grande y será llamado “Hijo del Altísimo” (v. 32). La misión de Jesús está marcada por esta responsabilidad, en ella se cumple el gran proyecto salvador de Dios (Ef 1). María es como la nueva Eva (Gen 3,20), nombre que parece significar vida, vitalidad; De ahí la expresión “madre de los vivientes”. Por todo eso, la maternidad de María más que un don personal es un don a toda la humanidad en María. Se trata de un carisma, en el estricto sentido del término, un don que se da a una persona para beneficio de la comunidad. Todo don exige de nosotros una tarea y una responsabilidad. Somos cristianos, formamos una Iglesia en función de otros. De aquellos a los que debemos testimoniar el amor de Dios en toda circunstancia." (Koinonía)




1 comentario:

  1. "....- Maria, no tinguis por, Déu t'ha concedit de el favor de Déu. Ara quedaràs embarassada: tindràs un fill i li posaràs el nom de Jesús. Serà un gran home, a l'anomenaran Fill de l'Altíssim: i Déu el Senyor ho farà rei, com al seu avantpassat David, i regnarà per sempre en la nació d'Israel. El seu regnat no tindrà fi.
    Maria va preguntar a l'àngel:
    - Com podrà ser això, si no visc amb cap home?
    L'àngel li respongué:
    - L'Esperit Sant es posarà sobre teu i el poder de l'Altíssim es posarà sobre tu com un núvol. Per això, el nen que naixerà serà sant i l'anomenaran Fill de Déu. També la teva parenta Isabel, tot i ser dona, va tenir un fill; la qual deien que no podia tenir fills està embarassada des de fa sis mesos. Per a Déu no hi ha res impossible.
    Maria va dir:
    - Sóc l'esclava de el Senyor. Que Déu en mi les teves paraules
    Amb això, l'àngel se'n va anar. "

    La fe és el do que inaugura el diàleg; Déu confia en Maria, i això, al seu torn, la fa confiar en Ell, la converteix en creient. No hi ha raó per la por, sinó mes bé per al lliurament (v. 30). La por és precisament el que s'oposa a la confiança en Déu. La mirada que el Senyor posa en Maria li demana la fe. Gràcies a la seva resposta,
    El anunciat serà obra de l'Esperit Sant, l'ombra de l'altíssim la cobrirà (vv. 32 i 35). El do de l'encarnació passa a la història, és la síntesi de la força de l'Esperit i de la debilitat de Maria. El seu fill serà gran i serà anomenat "Fill de l'Altíssim" (v. 32). La missió de Jesús està marcada per aquesta responsabilitat, en ella es compleix el gran projecte salvador de Déu (Ef 1). Maria és com la nova Eva (Gn 3,20), nom que sembla significar vida, vitalitat; D'aquí l'expressió "mare dels vivents". Per tot això, la maternitat de Maria més que un do personal és un do a tota la humanitat en Maria. Es tracta d'un carisma, en l'estricte sentit de el terme, un do que es dóna a una persona per a benefici de la comunitat. Tot do exigeix ​​de nosaltres una tasca i una responsabilitat. Som cristians, formem una Església en funció d'altres. D'aquells als quals hem de testimoniar l'amor de Déu en tota circumstància. " (Koinonia)

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