miércoles, 11 de mayo de 2022

LA LUZ QUE NOS GUÍA

 


En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre."


Jesús viene a salvarnos, no a condenarnos. Entregó su vida para rescatarnos del mal. Él es luz. Una luz que nos revela la Verdad, que nos muestra al Padre. Nos dice quién es y cómo encontrarlo.
Jesús nos recata de las tinieblas. Si lo seguimos no nos extraviaremos. 
Él no nos juzga. Él nos ama y nos ilumina. Nos muestra el camino. La decisión de seguirlo o no, es nuestra. Seremos nosotros los que nos condenaremos a nosotros mismos si no lo seguimos. 

2 comentarios:

  1. Qué bella definición de Jesús: ser luz, ser luminoso. La luz es alegría y fiesta. La alegría y fiesta son luz. Seguir a Jesús es adentrarnos en un camino luminoso, al contrario de tanto quehacer mundano qui ni siquiera queremos nombrarlo y exponerlo a la luz, lo que nos aparta de la belleza de la realidad humana: un ser amado y querido por el Padre y que nos invita a un vivir luminoso y fraterno.

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  2. Señor mio y Dios mio

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