Por aquellos días, María se dirigió de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se movió en su vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo Isabel:
– ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Tan pronto como he oído tu saludo, mi hijo se ha movido de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!
María dijo:
Mi alma alaba la grandeza del Señor.
Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
En Catalunya hoy celebramos la festividad de Nuestra Señora de Montserrat. Este es el evangelio de esta celebración litúrgica.
María es nuestro modelo de discípulos de Jesús. Acaba de recibir la noticia del ángel de su maternidad y de la de su prima Isabel. Ella lo deja todo para ir a ayudarla. El servicio es una de las principales cualidades que ha de tener un discípulo.
Buscar la voluntad de Dios y seguirla es otra de las cualidades. Por eso recibe el elogio de Isabel: "¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho! Nuestra Fe, como la de María, ha de consistir en saber ver esta voluntad y cumplirla. María, como nos dice el evangelio en otro lugar, guardaba todas las cosas, todo aquello que veía y oía de los labios de Jesús, en su corazón.
Pidamos a María que haga que seamos como ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario