viernes, 2 de agosto de 2024

NO LO RECONOCEMOS


 
Y llegó a su propia tierra, donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente, admirada, decía:
– ¿De dónde ha sacado este todo lo que sabe? ¿Cómo puede hacer tales milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? Y su madre, ¿no es María? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas, y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros? ¿De dónde ha sacado todo esto?
Y no quisieron hacerle caso. Por eso, Jesús les dijo:
– En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra y en su propia casa.
Y no hizo allí muchos milagros, porque aquella gente no creía en él.


Nos cuesta ver a Dios en el otro; pero sobre todo nos cuesta verlo en el más cercano, en aquél que "creemos" conocer de toda la vida. He escrito creemos entre comillas , porque este es el problema. Creemos conocer a los otros y nos es verdad. Lo juzgamos desde nuestras ideas y ahí cometemos un error. Los defectos que vemos en los demás no son sino la proyección de los nuestros.
Además nos cuesta aceptar que aquél que conocemos de toda la vida nos de lecciones. Todavía nos cuesta más ver  en él a Dios que nos habla. Sin embargo Dios nos habla a través de los demás, a través de quien menos esperamos. A través del más sencillo, pobre, necesitado...Y sin saberlo, estamos cerrando nuestro corazón a Dios. 

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