Jesús les puso esta comparación: ¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? El discípulo no es más que su maestro: solo cuando termine su aprendizaje llegará a ser como su maestro.
¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en el ojo y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu ojo, ¿cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en el ojo'? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu ojo y así podrás ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Si queremos ser guías, ayudar a los otros a encontrar a Dios, no podemos ser ciegos. Debemos seguir a Jesús, imitarle. pedirle que nos de la vista, para poder ser como Él. Debo empezar por mirarme a mi mismo, ver mis defectos, corregirlos, antes de pretender enseñar a los demás.
"“Un ciego no puede guiar a otro ciego”, nos dice Jesús hoy. Qué bien trabajan los perros guía que conducen a los invidentes por nuestras ciudades ayudándoles a subir al autobús, a cruzar un semáforo…; algunos de estos invidentes que conozco me dicen que no podrían hacer casi nada de lo que hacen sin estos fieles e incondicionales acompañantes.
Necesitamos guías en la fe, ser guiados. Necesitamos guiar a otros en la fe. No estamos solos. Todos tenemos que aprender y todos tenemos algo que enseñar. Interactuemos unos con otros."
(Juan Lozano cmf, Ciudad Redonda)
Mirant, a nosaltres i als altres, "ens sabem"...i amb la més profunda humiliació ( P.Francesc) podem saber com l'home humà, pot ressuscitar d'ell i de nosaltres mateixos! Bona "Pasqua". i gràcies!
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