miércoles, 18 de septiembre de 2024

ACTUAR, NO CRITICAR

 


¿A qué compararé la gente de este tiempo? ¿A qué se parece? Se parece a los niños que se sientan a jugar en la plaza y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta y no bailasteis; cantamos canciones tristes y no llorasteis.’ Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís que es un glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran los impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.

Demasiadas veces somos críticos con los demás, con la sociedad, con la Iglesia...pero nos quedamos ahí. Si después no hacemos algo para cambiar estas situaciones, esas conductas que vemos reprobables, esas críticas hacen más mal que bien. ¿No nos gusta cómo actúa nuestra parroquia, nuestra comunidad? Pues menos hablar y más actuar. Pongámonos manos a la obra para cambiar la situación. Trabajemos para que nuestra parroquia, nuestra comunidad sea mejor. Seamos positivos. Es decir, hacer, entregarnos para que todo funcione mejor.

"El evangelio de hoy termina diciendo: “todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón”. Sabiduría es lo contrario a necedad, a esconderse, a mirar sólo con los propios  ojos, a terquedad. Sabiduría es reconocer el paso de Dios, escuchar y transformar la palabra en acción, sonreír con esa alegría que trae el Señor y transmitirla a los demás.
Jesús en este pasaje hace una crítica dura a la generación judía que no hacía ni dejaba hacer, que criticaba por todo a todos. Jesús los compara a los niños caprichosos que no le encuentran gusto a nada, que no cantan, no bailan, pero que tampoco lloran ni hacen penitencia. Y les indica que el camino para entender y acercarse de corazón a Él es la sabiduría; esa sabiduría que nos hace humildes ante El, para poder reconocer de corazón su grandeza y que Él es el Hijo de Dios.
Y a nosotros cristianos, ¿Qué nos dice este pasaje? Nos cuestiona en nuestro comportamiento ante las situaciones de nuestra realidad, en las que quizá nosotros juzgamos o criticamos a los miembros de la iglesia o a la iglesia misma, como retrógrada en ciertas cosas o como liberal en otras diferentes, según nuestro criterio y no viendo con la sabiduría que nos pide el Señor. Cuando caes en crítica tras critica, vives criticando todo, te encanta meterte en todo; incluso opinas de lo que no sabes. En el fondo eres tan criticón que terminas quedándote solo, porque te conviertes en inaguantable, nada te cae bien. Eres tan detallista que hasta incluso ya te lamentas de las cosas antes de que sucedan…
El Papa comentando este texto dice: “la imagen de los niños que tienen miedo de bailar, de llorar, que tienen miedo de todo, que piden seguridad en todo, lleva a pensar en esos cristianos tristes que critican siempre a los predicadores de la verdad porque tienen miedo de abrirle la puerta al Espíritu Santo”.
El cristiano “sabio” es el que sabe saborear la vida. Es el que valora su vida y valora a todos los que forman parte de su vida. Es el que no critica su vida. Es el que no es amargo consigo mismo y aprende a vivir con alegría y esperanza. Es el que no pone excusas  y peros a la Palabra de Jesús “camino, verdad y vida”  y sabe que obedecerle es vivir. La vida es muy corta para ir amargando. La vida  se vive una sola vez."
(José Luis Latorre cmf, Ciudad Redonda)

1 comentario:

  1. Una persona molt senzilla, una vegada em va dir...; La vida, és la celebració de l'existència, i existir és ESTIMAR...

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