jueves, 30 de enero de 2025

ILUMINAR



 También les dijo: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? No, una lámpara se pone en alto, para que alumbre. De la misma manera, no hay nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a ponerse en claro. Los que tienen oídos, oigan.”
También les dijo: “Fijaos en lo que oís. Con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros, y os dará todavía más. Pues al que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.”

Si tenemos Luz, es para iluminar a los demás, para iluminar al mundo.
Nos puede sorprender la afirmación de que quien tiene más recibirá más y al que tiene poco se le quitará lo poco que tiene. Jesús no está hablando de dinero, de propiedades, ni siquiera de cualidades. Jesús habla de Luz, de Amor. Cuanto más amemos más recibiremos. Como más misericordiosos seamos, más misericordia recibiremos. Cuanto más generosos seamos, más generosidad recibiremos.

"Siguen teniendo actualidad las parábolas de Jesús porque son atractivas, cautivadores, novedosas, atrayentes. Con pocas palabras invitan a la genta a “entrar” en el Reino de Dios y a construir con paciencia y esperanza un mundo más diferente, más fraterno. Tal como lo quiere Dios.
El Reino, como Jesús mismo, no es para quedarse escondido, en secreto, sino para ser vivido, proclamo y testimoniado. Jesús huye de las cosas escondidas y que quedan en secreto, no quiere que nos convirtamos en una secta, en un mundo separado.
Con frecuencia repetía: “Quien tenga oídos para oír, que oiga” “Si se esconde algo es para que se descubra si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz”. Jesús viene a decir que no tengamos nada que ocultar, que seamos transparentes, que todos vean y palpen nuestra forma de vivir y ésta mueva a los demás a creer en los que nosotros creemos y a vivir como nosotros vivimos. Tenemos que saber valorar el gran don que es la luz del Evangelio y rendir los dones que hemos recibido.
Para seguir a Jesús hay que “tener oído”, escuchar su mensaje, abrir el corazón y sintoniza con Él. Así se empieza a ser cristino."
(Salvador León cmf, Ciudad Redonda)

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