viernes, 31 de octubre de 2025

LA LEY DEL AMOR

 


 Sucedió que un sábado fue Jesús a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos le estaban espiando. Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos:
– ¿Está permitido sanar a un enfermo en sábado, o no?
Pero ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tomó al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y dijo a los fariseos:
– ¿Quién de vosotros, si su hijo o su buey cae a un pozo, no lo saca en seguida aunque sea sábado?
Y no pudieron contestarle nada.

Nos encontramos en una situación parecida a la de hace unos días. En aquella curación Jesús curaba a la mujer encorvada en la sinagoga. Aquí cura al hidropésico en la casa de un jefe fariseo. Se trata en ambos casos de escoger entre la persona y la ley. Para los fariseos la ley pasaba por delante de todo (excepto si le molestaba a él, como el hijo o el buey caído en el pozo). 
Para Jesús, la persona, el bien de la persona, pasa por delante de todo. El sentido de la ley es que debe proteger a la persona. Hacer el bien no puede estar recortado por la ley. El Amor pasa por delante de cualquier circunstancia. El discípulo de Jesús está regido por la Ley del Amor. 





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