jueves, 2 de septiembre de 2010
FRANCISCANO SIN HÁBITO
Ya presté una vez mi espacio a la voz del P. Arregui. Vuelvo a hacerlo a sabiendas de que seré criticado. Dejo claro que lamento su decisión, pero la respeto. Porque todo el mundo es libre de tomar las suyas y cada uno sabe los verdaderos motivos, ocultos en su corazón, que le mueven a tomarlas. Dios estará siempre a su lado, porque Él nunca nos abandona. El texto es un poco largo, pero creo que no sería honesto si lo recortara.
"Hace un tiempo que corrían los rumores como vuelan las golondrinas, tan rápidas y libres, sin otra guía que el certero instinto de la vida (por cierto, ¡cómo se han multiplicado las golondrinas en Arantzazu, y aún siguen criando! Dios os bendice). Pero una vez desatados los rumores, a veces inocentes, a veces intencionados, es más difícil detenerlos que detener el vuelo de las aves.
Pues bien, la noticia ha estallado en todos los sentidos y, en contra de mi intención primera, no puedo menos de confirmarla ya: voy a dejar la Orden Franciscana. De paso, pido disculpas por alguna declaración mía ambigua que algunos pudieron entender como un desmentido. No quería serlo.
Voy a dejar la Orden franciscana. Lo he meditado mirando adentro entre mis luces y sombras, mirando afuera la montaña y el cielo, y las golondrinas. Lo he compartido con las personas que más me quieren y en las que más confío. Lo he hablado con los responsables de mi provincia franciscana que son también mis amigos. Dejaré este Arantzazu del alma, donde he vivido 17 años de los 57 que tengo; dejaré la Provincia franciscana que ha sido mi familia y mi hogar desde los 10 años; dejaré la Orden franciscana que ha dado enteramente forma a mi ser. No diré que la decisión no me produzca dolor y vértigo, pero doy el paso en paz.
Era previsible desde aquel 23 de diciembre en que me impusieron y yo prometí silencio para un año. Y era irreversible desde aquel 17 de junio en que rompí mi voto de silencio porque, previamente, mi obispo había derogado las condiciones que lo justificaban. Tomé la palabra, no porque tenga algún mensaje profético urgente que pregonar, sino simplemente porque ya pasaron los tiempos en que la libertad de palabra pudiera ser impedida en la Iglesia de Jesús con pretextos de dogmas y magisterios. Los dogmas y el magisterio no los puso Jesús. Muy al contrario, enseñó que no se ha de identificar la palabra de Dios con tradiciones humanas (Marcos 7,7-13), y denunció a los maestros de la ley que se apoderan de la cátedra y del magisterio (Mateo 23,2), prohibió tajantemente que nadie se llamara maestro o padre (Mateo 23,8-9), declaró solemnemente que “todo ser humano es señor del sábado” (Marcos 2,28), es decir, señor de toda ley religiosa por sagrada que fuere, y al sordomudo le dijo en arameo: Effeta, “ábrete”, “escucha y habla” (Marcos 7,34). Es más, y la Iglesia debiera reconocerlo ya sin más dilación: aunque Jesús hubiera establecido dogmas y magisterios –que ciertamente no estableció–, éstos no serían de ningún modo inamovibles, pues Jesús no tuvo otra ley ni otro criterio que el Espíritu de Dios, y el Espíritu es como el aire y el agua, y siempre se mueve. Y por si hiciera falta, lo dijo San Pablo: “Donde está el Espíritu de Jesús, hay libertad” (2 Cor 3,17).
Claro que la Iglesia, como todo grupo humano, requiere estructuras y un lenguaje más o menos común, pero las estructuras habrían de ser flexible y móviles, como todo lo vivo, y los dogmas deberían poder ser comprendidos y expresados en palabras siempre nuevas, como todo misterio; y en primer lugar debiera cambiar una Iglesia autoritaria en una Iglesia democrática, como la quiso Jesús. Y la Iglesia, que se ha tomado tantas libertades para contradecir a Jesús, con mucha más razón debiera ser libre para secundar el Espíritu de Jesús. Basta conocer la historia para saber cómo han cambiado las cosas, o basta gustar del Espíritu de Dios para saber cómo han de cambiar. Quien no conoce la historia, que guste al menos del Espíritu; quien no guste del Espíritu, que conozca al menos la historia. ¡Cuán anacrónica y contraria al evangelio es esta idolatría de la doctrina que nos tiene amordazados!
Simplemente por eso dije: “No callaré”. Y eso equivalía a una insumisión, y en la iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sabía. Tampoco hay lugar para insumisos en la Orden franciscana que tenemos, y también esto lo sabía: los responsables franciscanos, aun en contra de su voluntad, y como única forma de evitar un grave conflicto interno, se verían obligados a exigirme sumisión a las órdenes del obispo. No he necesitado, pues, de grandes discernimientos: o acataba o me iba. Pensé que no debía acatar, para ser fiel al seguro Jesús, a mi insegura conciencia, a mi humilde misión, pero no quería ser así motivo de conflicto para los franciscanos, que son mis amigos y hermanos. La opción no era fácil, pero resultaba forzosa y simple.
Dejaré la Orden, y con ello pierdo mucho, pero quién sabe si, al final, el perder no será una ganancia también esta vez. Quiero escoger la vida con todos sus riesgos, incluida la palabra. No sé qué será de mí (¿quién sabe qué será de sí?), pero allí donde vaya Dios vendrá conmigo, y si en el camino me pierdo Él me encontrará. Quiero seguir siendo discípulo de Jesús de Nazaret, el hombre bueno y libre. ¡Oh, cuán lejos me siento de él! Pero él está cerca de mí, de ti. Jesús es el prójimo y todo prójimo es Jesús. Con él, como él, quiero seguir siendo Iglesia sin esas torpes dicotomías de clérigos y laicos, religiosos y seglares, fieles y herejes, creyentes e increyentes.
A mi obispo y hermano José Ignacio Munilla le deseo lo mejor, y pienso que lo mejor pasa por escuchar, respetar, secundar la voz de la inmensa mayoría de su comunidad diocesana, de la que seguiré formando parte activa. La voz de la comunidad es la voz del Espíritu, mucho más que la voz de Madrid o de Roma.
Ah, y quiero seguir siendo franciscano, un simple franciscano sin hábito. ¡Paz y Bien!"
José Arregi
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Gracias por volver a prestar tu espacio a la voz del P. Arregui, aún a sabiendas de que tú también serás criticado
ResponderEliminarA mi también me produce mucha tristeza el que al final haya tenido que tomar esta decisión si quería seguir hablando, a Jesús nunca consiguieron callarle y mira que lo intentaron y yo ahora no dejo de pensar y de hacerme la misma pregunta: uno más y así ¿hasta cuándo?
Me imagino lo que le ha tenido que costar el tomar esta decicisón y abandonar lo que para él ha sido su vida, nada menos que desde los 10 años, con la inseguridad que ello conlleva a los 57 años, pero también con la seguridad, como él mismo dice, de que "allí donde vaya Dios vendrá conmigo, y si en el camino me pierdo Él me encontrará", para mí esta es una auténtica declaración de fe
He leído la carta varias veces y en ningún momento leo nada que hable de secularización, como están diciendo por ahí, ¿será que me falla la vista?
Siempre me ha gustado la despedida franciscana, empecé a conocerla hace muchos años, en las cartas que nos escribía desde China un tío mío que era franciscano y hoy la hago mía
!Paz y Bien!
..."el Espíritu es como el aire y el agua, y siempre se mueve"...y con El se está moviendo Arregui...gracias Joan por acercarnos este testimonio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Respeto su desición.
ResponderEliminarPodrá continuar haciendo el bien aunque no lleve el hábito.
Gracias Joan Josep i que Dèu vos beneixi a tu i aquest senyor franciscá.
Una abraçada, Montserrat
M'he emocionat moltíssim en llegir les paraules d'Arregi. Admiro que sigui tan honest. Honest amb l'Evangeli i honest amb ell mateix.
ResponderEliminarGràcies, Joan Josep, per donar-me l'oportunitat de saber que, en el món, encara queden persones sàvies.
Una abraçada!!
¿Quién detiene palomas al vuelo...?
ResponderEliminar(!Ah!, por cierto: siempre pensé que el hábito no hace al monje. Siempre es al contrario)
En el Amigo
Al + Mc
Yo siempre pense que el habito, es un compromiso, y siendo fiel ha este pensamiento:llevo cuarenta años, comprometido.
ResponderEliminarHa si, es que el señor, no dejara de ser lo que es, y no dejara de hestar al sevició de su señor.una abraçada
Me ha producido una gran tristeza la noticia,Arregui es un gran hombre ,si un hombre de Dios , que sabe transmitir el mensaje de Jesús es una pena hacer callar testimonios así del Evangelio de Jesús.
ResponderEliminarMe imagino el dolor que supone el tener que tomar una decisión así.
Gracias por el testimonio del P. Arregui.
ResponderEliminarPienso que la Iglesia tendria de ser sensible a la realidad en que vivimos y tener muy presente lo esencial, que es el testimonio de Jesús en el Evangelio.
Le deseo mucha suerte y toda la fuerza de la fe para seguir siendo un franciscano sin hábito.
"Dejo claro que lamento su decisión, pero la respeto. Porque todo el mundo es libre de tomar las suyas y cada uno sabe los verdaderos motivos, ocultos en su corazón, que le mueven a tomarlas."
ResponderEliminarTienes razón. Pero a ver cuando esa comprension la teneis para los obispos y la jerarquia de la iglesia, o esos no son humanos ni hijos de Dios ni merecen el beneficio de la duda?
¿o es que unicamente la comprension la aplicais a los disidentes, a los que critican a la jerarquia, a los que escandalizan, a los en lugar de poner luz hacen un lío a la gente?
Joe macho, qué pasa, que el obispo de San Sebastian no puede tomar sus decisiones y tener motivos que las justifiquen? Ya sabemos que para ti el ser obispo equivale a ser persona de mala voluntad que solo se dedica a "fastidiar" a los demás.
Mucha hipocresía y mucha reencarnación del Mesías.
Hasta la próxima, majete.
Hares
Gràcies Joan Josep per oferir aquest espai a José Arregui. És una manera de contribuir a donar veu als qui "tenen veu, però silenciada".
ResponderEliminarDesprés de llegir-hyo he vist que la força de l'Esperit és molt gran.
José, units en la pregària, sempre lliure com el vol de l'ocell, de l'Esperit Sant.
Adrià Nyel.
Hares, al decir que para mí,"ser obispo equivale a ser persona de mala voluntad que sólo(el acento es mío pues te lo habías dejado)se dedican a "fastidiar" a los demás", haces una afirmación gratuíta. Para mi el obispo debe ser (hay que lo son y hay que no), el buen pastor del evangelio. El que deja las 99 para ir en busca de la perdida. No el que la persigue y machaca a golpes de báculo...
ResponderEliminarGracias por la correción gramatical. Me faltó en "sólo" el acento que a ti te sobra en gratuita.
ResponderEliminarMachacar es que un fraile acuse en los medios a un obispo de tener en su ordenador listas negras de curas y ser incapaz de probarlo. Quien hace eso deja de ser oveja para convertirse en cabrito.
El voto de obediencia es jodido. Pues no haberlo hecho. Arregui ha decidido que no quiere obedecer y deja su orden... para dedicarse a vivir con los pobres dando clases, curiosamente, en... Deusto.
Como siempre, te falla la memoria en lo que quieres. Quien escribió en una ocasión que quizá los obispos sacaran documentos para fastidiar fuiste tú, haciendo afirmaciones generalistas y gratuitas.
Joe macho, en cuanto se os roza, hay que ver cómo os ponéis. No aguantaís un asalto.
Anda majete, que si me falta un acento, lo puedes corregir con los que a ti te sobran.
No tenéis media leche.
Hasta la próxima.
Hares
Que triste...y cuánto daño se hace a la Iglesia con declaraciones como esta.La verdad,Arregi,es que no resulta nada edificante tu estilo panfletario.Si no damos malos ejemplos...ya es mucho lo que aportamos a la comunidad de los creyentes...pero el escándalo...
ResponderEliminarBendiciones
Al leer el escrito del padre Arregui y los sucesivos comentarios me viene a la mente aquello de "Omne regnum divisum contra se desolábitur"...
ResponderEliminarLa Santísima Virgen dio mejor ejemplo de lo que es obedecer (a veces con dificultad de comprender a Jesús, pero no por ello menos fiel).
Yo no colgaré el hábito de mi vocación matrimonial porque un día discrepe con mi mujer, por importante que sea la brecha, incluso si se tratara de un dogma de fe -que los hay en la Iglesia desde tiempos de los Apóstoles y los primeros discípulos-. Seré fiel a dicho compromiso, contribuiré desde dentro con mi opinión de buena fe y sólo si sirve para ayudar y rezaré, pues es Dios el que actúa eficazmente, no nosotros. Lo que no une, desune. Aprendamos de las monjas, que nunca hacen ruido, pero en el cielo sus plegarias resuenan y su acción es grande en el mundo.
Un abrazo en Cristo Nuestro Señor al que creo que todos queremos igualmente.
Me conoces, sabes que estoy en pie y aplaudiento con todo mi entusiasmo a este hombre y las palabras que ha escrito.
ResponderEliminarSe necesita mucha valentia, honestidad y claridad de pensamiento para decir y hacer las cosas de frente. Mi profundo respeto para este hombre, camine por el camino que sea. Me gustan las personas que dan la cara y miran de frente.
Un abrazo.