Ante la realidad que vivimos no es dificil que nos entre el desánimo. Una visión pesimista de nuestra sociedad nos parece simplemente realista. Querríamos que todo se arreglara en un instante. Y, claro, nos vemos impotentes. Sin embargo las cosas importantes, aunque parezca que se producen en un instante, son el fruto de muchos actos pequeñísimos. Para que brote una planta hace falta que la semilla quede enterrada mucho tiempo. El gran edificio ha necesitado años de construcción y el trabajo de centenares de personas.
Nuestro pequeño trabajo, aquello que nos parece insignificante, es esencial para cambiar el mundo. A lo largo del día podemos gacer miles de pequeños gestos, que, sin embargo, pueden ser muy importantes para otra persona.
Aquí os dejo esta preciosa oración de Michel Hubault.
¡Pequeña semilla de mostaza!
Pequeña semilla de sonrisa,
pequeña e insignificante semilla que se convierte en
rayo de sol para el anciano o el enfermo
abandonado.
Pequeña semilla del apretón de manos,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en salvavidas
para el solitario a punto de ahogarse.
Pequeña semilla del oído atento,
pequeña e insignificante semilla que se convierte en
escala de ternura para el adolescente
desamparado.
Pequeña semilla del gesto gratuito,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en palabra de vida
para el hombre saturado de discursos.
Pequeña semilla de la comunidad fraterna,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en cita de esperanza
para todos los pobres del barrio.
Pequeña semilla de la solidaridad,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en fuente de futuro
para todo un pueblo aplastado.
Pequeña semilla del misionero,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en Buena Nueva
para toda una cultura evangelizada.
Pequeña semilla de la oración,
pequeña e insignificante semilla
que se convierte en respiración
y acogida de una Presencia
para el hombre en busca de eternidad.
Pequeña semilla de los testigos,
pequeñas e insignificantes semillas
que se convierten en el árbol de la Iglesia universal,
al que todos los hombres, alegres como pájaros,
vendrán a anidar para cantar la gloria de Dios.
(Michel Hubaut)
BON DIA JOAN:
ResponderEliminarOjalá todos los hombres/mujeres. nos hiciéramos sembradores de estas pequeñas semillas.
Se crearía un campo de Soliraridad, amor y paz, Universal.
Una abraçada, Montserrat
Es cuestión de no tener pereza y aprovechar las herramientas que tenemos en nuestras manos: cada uno ha su escala.
ResponderEliminarEl contacto con la tierra es esencial, no biene de nuevo,no tienes pereza, cavas y plantas, porque lo has hecho siempre y lo necesitas.
La madre Caram s puso ha cavar y ensegida se le apuntaron boluntarios: cada uno en su vancal, cada uno en su tierra y en su barro, cuando se siente la satisfacción de un dever cumplido, una abraçada
Y así es la fe
ResponderEliminarFe en las personas
Fe hasta en "la sociedad"
Fe en mí; sin duda, la más difícil
Y para ocultarlo, prefiero dudar de la
fe en tí
Así es la fe; un granito de mostaza
que quiere crecer en mi... para tí
En el Amigo
al + mc
Han habido momentos en los qeu hubiese bastando una palabra cariñosa o un simple abrazo. Una semilla, casi insignificante que hubiese germinado en Luz y calor para el alma.
ResponderEliminarPequeñas semillas que por su pequeñez, restamos importancia, cuando a menudo, esas semillas son vitales para nuestro entorno.
Un Abrazo Joan.
Hari
Ojala con una pequeña aportación de todos pudiéramos arreglar un poquitín este mundo. Pero si algún día hago algún bien a alguien, ese día para mí ya mereció la pena.
ResponderEliminarUna sonrisa al desvalido, una caricia al desconsolado, un gesto al que sufre, una palabra al prójimo.
Es tan complicado?
Un abrazo
Esas pequeñas semillas, si están bien enraizadas y la tierra es buena, seguro que dan frutos maduros y prolongados en el tiempo, o se convierten en árboles capaces de cobijar bajo su sombra a los caminantes que pasen a su lado, algo de eso tengo yo hoy en la cabeza...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día