El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿Qué es mejor, la vida solitaria o la comunidad?
El anciano miró con simpatía al joven, se sentó y respondió:
- Ambas cosas no se oponen. Son dos viajes que hemos de realizar y que se complementan: un viaje al interior del corazón y otro al exterior, a la comunidad. Necesitamos momentos de soledad, pero no podemos dejar la comunidad.
Pasó la mano sobre la mesa, quitando un polvo inexistente, mientras proseguía:
- La verdadera oración nos lleva a la comunidad, aunque estemos solos. Orar no es centrarse en uno mismo, sino unirse a Dios a la vez que lo hacemos al Universo entero. La verdadera espiritualidad nos lleva a la comunidad.
Se detuvo otro instante y, sonriendo, concluyó:
- La soledad o la comunidad no dependen del número de personas que nos rodean, sino de nuestra Unión con todas las cosas. Estar unidos a Dios, es estar unidos a todas las cosas. Y eso lo podemos hacer tanto en el desierto, como en medio de la ciudad...
a veces estás rodeado de gente y estás sólo, pero soy de las que pienso que el estar contigo mismo es importante para reafirmarte con los demás y aportar lo mejor de ti....
ResponderEliminaryo también puse aprobación en los comentarios por varios hirientes y sin sentido que me llegaban,...
Estoy contigo gotasmar, la soledad más pesada se manifiesta entre la multitud. Aunque en líneas generales mientras tenga un libro a mamo y una mente que funcione, no habrá soledad.
ResponderEliminarMuy buen post, Joan Josep, sencillo y profundo, como todo lo importante. Te felicito.
Qué bien explicado, tanto biológicamente y/o físicamente nacemos en RELACIÓN e INTERACCIÓN con el entorno y con nosotros mismos. Aún el "concepto de Dios" estático y SOLO, es inconcebible para un cristiano que comprende que ese "Yo SOY" del Antiguo Testamento, pasa a ser "Yo ESTOY con Vosotros", "en" y "entre" lo existente. Aún, como dijo D. Antonio Machado:
ResponderEliminar"Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía"
Gracias una vez más, querido HERMANO.
Una forta Abraçada.