lunes, 30 de enero de 2012

CONSTATACIÓN


"No hay flor que se abra, ni semilla que caiga al suelo, ni una espiga de trigo que se doble al viento por el extremo de su tallo, que no predique y proclame al mundo entero la grandeza y la misericordia de Dios.
No hay un acto de bondad o de generosidad, ni un acto de sacrificio hecho o una palabra de paz y dulzura pronunciada, ni una oración de niño rezada, que no cante himnos a Dios."
(La montaña de los siete círculos, Thomas Merton)

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