VIVIR

" Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús dijo:

– ¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!

Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:

– ¿Qué estáis buscando?

Ellos dijeron:

– Maestro, ¿dónde vives?

Jesús les contestó:

– Venid a verlo.

Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.

Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:

– Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).

Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo:

– Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro)."

Los responsables de la pastoral de vocaciones deberían meditar este pasaje del Evangelio. Nos quejamos de la escasez de vocaciones, hacemos mil reuniones y diseñamos diez mil estrategias. Y Juan, en este texto, nos enseña que todo es más sencillo.
Primero hace falta alguien que señale dónde está Jesús. Luego hay que mostrar una vida que sea digna de seguir. Los dos jóvenes no le preguntan a Jesús cuál es su doctrina. Se interesan por dónde vive, por su vida. Jesús no les imparte una lección de teología, ni siquiera les repite la versión del catecismo para jóvenes. Sólo les dice: "Venid a verlo".
Los cristianos nos hemos empeñado en complicar las cosas. Los mil y un requisitos para ser creyente. Y ser cristiano es algo tan simple, y a la vez tan dificil, como seguir a Jesús y vivir como Él. Un seguimiento que nos obliga a emplear toda nuestra vida, que hará que lo dejemos todo.
El verdadero cristiano es aquel que emplea su vida en buscar dónde vive Jesús. Lo encontrará en el enfermo, en el hambriento y sediento, en el oprimido, en el Hombre...
Seremos verdaderos cristianos si dedicamos toda nuestra vida al Otro...Lo demás, es accesorio...