Sentados en un banco del parque, el Anacoreta y su joven seguidor, descansaban y observaban a los transeúntes. Uno de ellos arrugó un papel en sus manos y lo tiró al suelo. Una mujer que paseaba a un niño pequeño, se acercó inmediatamente, recogió el papel y lo tiró en una papelera que estaba un poco más allá.
El Anacoreta sonrió pícaramente y dijo:
- Acabamos de contemplar un acto de heroísmo.
El joven lo miró muy sorprendido.
- ¿Heroísmo? No entiendo.
Siguió sonriendo el anciano y se explicó:
- Siempre consideramos como actos heroicos grandes sucesos. Alguien que se tira al mar para salvar a uno que se ahoga. Otro que entra en una casa en llamas para salvar a una persona que no puede salir...Ciertamente esto es heroísmo.
Se giró hacia el joven y prosiguió:
- Pero no dejan de ser actos puntuales, que muchas veces se realizan impulsivamente, sin reflexionar... Yo creo que el verdadero heroísmo está en los pequeños detalles. En hacer en cada momento aquello que es correcto. En entregar la vida poco a poco en mínimos detalles que nadie premiará...
Se levantó, a la vez que concluía:
- Si no existieran las personas que saben recoger el papel que tira el otro...,si no existieran las personas que apagan o encienden luces cuando toca, que procuran que funcione la calefacción de la casa, que hacen que el depósito de agua no se agote...Si no existiesen esas personas que nadie ve...no podríamos vivir. Esos son los verdaderos héroes...
Y siguieron su paseo...
Vaya, me has hecho llorar ¡¡¡
ResponderEliminarLo de encender y apagar la luz... conseguir que la calefacción esté cuando los demás la necesitan ( este es uno de los grandes actos héroicos que nadie ve ). Si, un largo camino anónimo y silencioso que no tendré premios ni medallas...
Y.... jomio, lo es porque si tu vas a recoger un papel tirado por un joven, te puede caer la del quince, si este se da cuenta ¡¡¡ pues menudos son los jovenes jajaja
Pero, cuando ves una imagen como la que hoy nos presentas ... todo se olvida y se da comienzo a ese largo paseo, sin pensar en nada.
Un beso y un trocito coca catalana que me han traido los visitantes de la niña. ¡¡¡ que rica ¡¡
Solemos pensar que un grano no hace granero, pero yo soy de la opinión de que por algo hay que empezar... aunque no sirva para nada. Es increible que nos sorprenda tanto lo que cuenta el Anacoreta, pero es una realidad y lo que debería de sorprendernos más es que si llamas la atención a un niño/a por maltratar a un arbolito joven o porque están cargándose los juegos en un parque público, sean sus madres quienes te llamen la atención, es algo que no deja de sorprenderme, así es que me apunto al final de tu post de hoy
ResponderEliminarUn abrazo que espero que no te sorprenda jajaja