Tenemos tendencia a ver únicamente la parte negativa de las cosas. Esta carta que publicaron ayer en La Vanguardia, en la sección "Cartas de los Lectores", me parece interesante y nos muestra la parte humana de los deportistas. Os la dejo sin más comentarios. La traduzco, ya que el original está en catalán.
ABIDAL, EJEMPLO PARA LOS NIÑOS ENFERMOS
"Tienes en la cabeza lo mismo que ha tenido Abidal en el hígado, y mañana te lo quitarán", es la única cosa que fui capaz de decir a mi hijo de quince años, completamente perturbado por la terrible noticia que acababa de conocer dos minutos antes. "Papá, cómprame la camiseta de Abidal. Lucharé comoél y ganaré mi Champions", me respondió. No lloró. Fue el único que no lo hizo. Entró en el quirófano con la camiseta de Abidal, y la tuvo colgada de la cabecera de la cama, como una especie de objeto sagrado, durante toda su estancia en el hospital. una semana después de la operación, coincidencias, en una tienda me encontré con Abidal, al que nunca había visto antes. Le expliqué nuestro caso, y con el móvil le enseñé las fotos de mi hijo con la camiseta en el hospital. Le agradecí la fuerza que nos había dado y su ejemplo. "Yo también quiero conocer a Abidal", dijo mi hijo cuando se lo expliqué.
Tras cinco meses de operaciones, radio y quimioterapia, el último jueves 5 de enero algunos jugadores del Barça visitaron a los niños del hospital. A nuestra planta, los jugadores designados eran Puyol, Alexis y Abidal, gracias a una enfermera que hizo nos tocara Abidal. Cuando Abidal entró en la habitación abrazó a mi hijo, que por primera vez lloraba desconsolado. "Vamos, vamos, hermano, que yo estoy aquí para animarte. Yo también estoy peleando contra esta enfermedad y voy a montar una fundación que alegre y haga masajes a los niños enfermos", le dijo a mi hijo.
Afectuoso, tierno, simpático, durante diez minutos no cesó de abrazarlo. Todos estábamos emocionados y agradecidos. Antes de marchar, al hacer un comentario del reloj, se sacó el Rolex Daytona y se lo puso al niño: "Toma, quiero que te lo quedes. Detrás tiene mi nombre gravado. Fue imposible hacerle desistir y devolverle el reloj. "Lo que vale ya no me importa. Quiero que él sea feliz".
Nos abrazó y prosiguió su recorrido por las habitaciones. Miré a mi hijo, nunca podré olvidar la expresión de felicidad que tenía. Ya no la recordaba. Por la noche encendió varias veces la luz para mirar la inscripción que está detrás del reloj. Mi mujer y yo no sabemos cómo agradecer a Abidal su atención y generosidad. Lo mínimo que podemos hacer es escribir esta carta.
La visita de los jugadores mejoró más el estado de ánimo de los niños que cualquier medicina. Esto hace que el Barça sea algo más que fútbol. Admiramos a Pep, Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, pero, pase lo que pase, el gran ídolo de nuestra familia siempre será Eric Abidal. Para nosotros es más que un jugador. Mucha salud a los niños enfermos y un fuerte abrazo a sus padres.
J. GARCÍA SERRA (Barcelona)
Me emocioné Joan Josep, y es muy temprano en Argentina para eso. Gracias amigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también me he emocionado al leerlo, cuando comentan las visitas que suelen hacer los jugadores a los hospitales en estas pasadas fechas, siempre había pensado que a los pequeños que están allí ingresados y sufriendo desde tan pronto, ésto es una de las cosas que más les pueden ayudar, son sus ídolos y el sentirlos tan cercanos seguro que es la mejor medicina que les pueden administrar
ResponderEliminarGracias por compartir esta carta, ya que tantas veces les criticamos por lo que ganan y por cómo viven, está bien que también veamos su parte más humana
Un abrazo
Sóc en un mar de llàgrimes.
ResponderEliminarEncara podem confiar en l'ésser humà.
Gràcies, Joan Josep, per portar-nos aquesta carta.
Gràcies Abidal, per la teva bondat.
Gran cor, el d'aquest esportista. Si se'ns encomanés un bocinet d'amor pels altres, la vall de llàgrimes s'eixugaria una mica.
ResponderEliminarEls dissenyadors de la humanitat no van preveure el dolor... o potser sí. Millor pensar que no hi ha dissenyadors i que tot segueix un curs atzarós, així ho expliquen totes les històries, fins i tot la sagrada.
Una abraçada,
Olga
Es un gesto,no solo del BarÇa ,si no de cualquier persona que a esas edad ,los niños admiran.
ResponderEliminarBesucos
Gó
Vaig llegir la carta a La Vanguardia i també vaig pensar el mateix que tu. Persones així encara ens fan creure en l'ésser humà.
ResponderEliminarUna abraçada!
Galionar (no puc entrar amb el compte de google!)
ufffffffff.. dirás que soy una lerda o sensiblera pero te puedes creer que me has hecho llorar?? estas cosas me afectan mucho la verdad.... desde luego por los actos se conocen a las personas...
ResponderEliminarEatupenda elección, Joan Josep.
ResponderEliminarLástinma que muchos profesionales en el tema, no tengan la delicadeza de dedicarles unos minutos...no le llegan ni a la suela del zapato, a un hombre cuyo trabajo es "supuestamente" menos humanitario.