En aquella tertulia afirmaban que nuestra sociedad ha perdido los valores. El Anacoreta escuchó atentamente. Al finalizar se volvió hacia su joven seguidor y dijo:
- Si nuestra sociedad ha perdido los valores la cosa es muy grave. Significa que no tenemos referentes, que no tenemos un destino al que dirigirnos.
Miró al joven y prosiguió:
- Yo no creo que se hayan perdido los valores. Sí, que se tienen valores diferentes. Además un valor nunca se alcanza. Los valores son un punto en el horizonte. Son referencias que nos hacen avanzar, pero que nunca alcanzamos totalmente. La solidaridad nos mueve a preocuparnos por los demás, pero nunca seremos totalmente solidarios.
Sonrió antes de concluir:
- Creo que, por difuso que sea, todos tenemos un sistema de valores que nos atrae. Otro asunto es que lo sigamos o no. Pero pobre de aquel que lo rechaza. Su vida deja de tener sentido...
És ben cert que els valors canvien, perquè la Humanitat evoluciona. Si vivm molt, però, veurem que normalment varien els valors superficials que nosaltres, erradament, hem convertit en absoluts.
ResponderEliminarEls valors profunds diria que els portem inscrits als gens, per molt que alguns vulguin dissimular i fer-se els desentesos.
No hem evolucionat prou encara per substituir o modificar aquestes formes interiors congènites. Per tant, el que entenem com a valors que ens sostenen, també ens agermanen d'un confí a l'altre de la Terra. És curiós, però podria ser cert.
Una abraçada,
Olga
Otro asunto es que lo sigamos o no. Pero pobre de aquel que lo rechaza. Su vida deja de tener sentido...
ResponderEliminarQue razón tiene. Maravilloso post. Tenemos que tener claro nuestra escala de valores.
¡Muchas gracias! Dios le bendiga.
Hola Joan Josep.
ResponderEliminarPer mi els valors espirituals que m´ensenyaren els meus pares i en el Catecisme, son molt valusosos, la referencia de la meva vida.
Dolços sons, Montserrat