martes, 19 de junio de 2018

EL ANACORETA Y EL OTRO


El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿Por qué das tanta importancia al otro y dices que no podemos amar a Dios sin amar al otro?¿No podemos amar a Dios directamente?
El anciano guardó un largo silencio. Luego, mirando al joven a los ojos, respondió:
- Porque en los ojos del otro, vemos al Otro. ¿Amar a Dios sin amar al otro? Si a Dios nadie lo ha visto ¿cómo puedes estar seguro de que aquello a lo que amas es Dios? El mensaje de Jesús fue este: hemos de amar a Dios sobre todas la cosas, y esto lo hacemos amando al otro con todas nuestras fuerzas.
Hizo otra pausa y prosiguió:
- En tu meditación personal sentirás al Otro dentro de ti, y este te hará salir de ti mismo y amar al otro que es tu prójimo. Si no ocurre esto, tu meditación sólo es narcisismo.
Y se fueron a rezar completas. 

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