"Uno de los maestros de la ley, que les había oído discutir, se acercó a él y le preguntó:
– ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó:
– El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Y el segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.
El maestro de la ley dijo:
– Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: Dios es uno solo y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y que todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo:
– No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas."
El maestro de la ley quiere saber cuál es el mandamiento más importante. Jesús contesta lo que los judíos rezan cada mañana: "Escucha Israel, ama a Dios sobre todas las cosas". Pero añade, y pone al mismo nivel, "y al prójimo como a ti mismo". Es muy fácil decir que amamos a Dios. ¿Cómo lo demostramos? Para Jesús, la medida de nuestro amor a Dios, es el amor al prójimo. Es amando al prójimo de verdad, como a nosotros mismos, que demostramos nuestro amor a Dios.
Otro día elevará el listón y dirá que amemos al prójimo como Él nos ha amado. Es decir, dando nuestra vida por los demás.
Este es el centro del cristianismo: el Amor.
El maestro de la ley quiere saber cuál es el mandamiento más importante. Jesús contesta lo que los judíos rezan cada mañana: "Escucha Israel, ama a Dios sobre todas las cosas". Pero añade, y pone al mismo nivel, "y al prójimo como a ti mismo". Es muy fácil decir que amamos a Dios. ¿Cómo lo demostramos? Para Jesús, la medida de nuestro amor a Dios, es el amor al prójimo. Es amando al prójimo de verdad, como a nosotros mismos, que demostramos nuestro amor a Dios.
Otro día elevará el listón y dirá que amemos al prójimo como Él nos ha amado. Es decir, dando nuestra vida por los demás.
Este es el centro del cristianismo: el Amor.
"Shemà Israel...i al pròxim com a tú mateix." Pare Nostre
ResponderEliminar