miércoles, 10 de marzo de 2021

CUMPLIR Y ENSEÑAR

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos."

"El evangelio de Mateo teje la continuidad de Jesús con la revelación más autorizada entre los judíos, la ley y los profetas, y no en ruptura con ella. Esa continuidad la expresa en términos de cumplimiento. Para argumentar así, se visualiza un trasfondo de dos telones: el primero es el de la discrepancia de las nuevas enseñanzas cristianas, que alteraban lo consabido, como calendarios y dietas, o la circuncisión y otras regulaciones diarias de los fieles. El segundo telón es el de la interpretación escrituraria, que argumenta que la historia de Jesús cobra sentido cabal solo leyendo las Escrituras. El trasfondo es ciertamente judío, donde la tradición mateana aprendió a tejer lo viejo y lo nuevo, para forjar a su único maestro, Jesús.
En nuestras condiciones de vida familiar y social, también se deja sentir esa tensión entre lo antiguo y lo nuevo. Los educadores saben que se trata de tejer la continuidad y no la ruptura, para crecer con sapiencia y respeto recíproco. ¿Buscamos ser grandes a los ojos de Dios?" (Koinonía) 

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