En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?" Jesús les contestó: "Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."
Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió."
La verdadera libertad nos la da Jesús. Todo lo que nos aparta de Él nos esclaviza. Todo lo que nos aparta del amor a los otros, es esclavitud.
"La libertad es uno de los derechos humanos más preciados, tanto si se trata de la de un pueblo o una persona. Pueblos que han padecido la sujeción de su soberanía a una voluntad extranjera, valoran más su independencia y capacidad de autodeterminarse. Los pueblos celebran las proclamas libertarias nacionales de su historia, a pesar de arrastrar cadenas más sutiles y pesadas que las de sus antepasados. El pueblo de la Biblia celebra en la pascua anual su salida de Egipto, aunque fueron muy escasos los períodos de su historia en los que fueron autónomos.
La libertad personal es un bien que se encauza en el conjunto social, en el marco de la ley y del derecho ajeno. Lo contrario a ella es la esclavitud y esta se maquilla de formas y relaciones que van de lo más burdo a lo más sofisticado. Deudas, adicciones, relaciones tóxicas, tráfico de personas, violencia doméstica, trabajo infantil, etc. gravan seriamente la soberanía de la persona. Estas cadenas deben ser erradicadas del medio social. ¿Qué esclavitud detectamos en nuestra comunidad?" (Koinonía)
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