En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?" Empezó a distinguir y dijo: "Veo hombres; me parecen árboles, pero andan." Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad. Jesús lo mandó a casa, diciéndole: "No entres siquiera en la aldea.
Nos creemos que vemos correctamente y sin embargo se nos pasan muchas cosas que ocurren a nuestro alrededor. Estamos rodeados de personas con necesidades y faltas de amor y no sabemos verlas. (o no queremos verlas). Pidamos a Jesús que nos abra los ojos como hizo al ciego. Y luego...actuemos en consecuencia.
"Qué bueno es sabernos personas de fe, en camino, inacabadas, incluso, conscientes de nuestra imperfección, pero sostenidas por la gracia de Dios. Si nuestra vida es un proceso, tenemos que inquietarnos cuando nos estancamos o instalamos, principalmente en materia de fe. Hay quienes con el tiempo se conforman sólo con ir a la Eucaristía Dominical y no buscan espacios para crecer en comunidad. Hay muchas cosas que, sin querer, nos van nublando la mirada. Vivimos el proceso contrario al ciego del evangelio; él, en el encuentro con Jesús, fue poco a poco viendo las cosas con mayor claridad. ¡Pero cuántos de nosotros, que nos decimos personas religiosas, a pesar del encuentro con Jesús, permanecemos ajenos a lo que pasa en nuestro entorno, enceguecidos por nuestro pequeño mundo confortable! ¿Habremos aprovechado de verdad el encuentro? Que nuestra visión del mundo se aclare y no nos dejemos manipular por quienes nos prefieren ciegos e indiferentes. Que nuestra mirada sea crítica y, a la vez, propositiva, en clave de Reino. ¿No crees que hay mucha desinformación y manipulación en tu entorno? Invita a tu comunidad de fe a tener “ojo crítico”." (Koinonía)
Tracto de tenir un "ull crític", com també de posar-me tot jo enmig de les situacions que no considero justes, i menys d'estimació cap els altres. Gràcies per poder expressar-ho. G. Joan Josep Tamburini.
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